heroína

Nareen Shammo, la periodista y activista que se dedica a liberar víctimas del Estado Islámico

Nareen Shammo, una joven periodista y activista, lleva 3 años denunciando el genocidio que se comete contra las minorías religiosas en Irak, especialmente contra los yazidíes. Desde entonces se ha dedicado a rescatar mujeres y niñas secuestradas por los terroristas y por este motivo, debió huir de su país amenazada de muerte por intentar defender los derechos de la mujer. Ella representa un ejemplo de lo que significa ser heroína en nuestros tiempos y por esto te contamos su historia.

shammoSegún calcula la ONU, al menos 5.000 hombres y niños fueron asesinados desde que comenzó el conflicto y más de 7.000 mujeres y niñas son cautivas del Estado Islámico, muchas veces utilizadas como esclavas sexuales. Se trata de un genocidio que los yazidíes, religión que se asentó hace miles de años al norte de Irak, está sufriendo por parte del conocido grupo terrorista y ha dejado cifras mortales escalofriantes.

A pesar de lo peligroso que implica meterse en un conflicto como este, Shammo, una activista y periodista iraquí de 30 años, lleva años de su vida dedicados a intentar ayudar a estas mujeres y niñas.

Nareen abandonó Irak en marzo de 2015, luego de recibir amenazas de muerte por parte del Estado Islámico y de políticos Kurdos. Ella afirma que la mayoría de los rescates que se llevan a cabo son realizados por grupos activistas a favor de los derechos humanos. “Ninguna mujer ha sido rescatada hasta hoy por acciones militares”, explicó Nareen en una entrevista para el diario Público. “Todas ellas se han liberado a sí mismas o han escapado con ayuda y planificación por parte de los grupos activistas para traerlas a una zona segura. Hasta ahora han sido liberados más de 2.700 mujeres y niños”.

Como activista comprometida, Nareen denuncia la falta de actuación por parte de las organizaciones mundiales y los escasos recursos que se destinan a los campos de refugiados donde viven mujeres y niños que fueron liberados.

Estas mujeres y niñas que han conseguido huir, viven en campos de refugiados y confiesa que los testimonios de muchas de ellas le afectaron debido a la gran crudeza de sus vivencias. “Una mujer de 28 años me contó que vio cortar en pedazos a un niño muerto y obligaron a su madre a cocinarlo frente a otras mujeres con hijos”, contó la periodista. “Otras han sufrido el encierro de sus hijos pequeños en celdas subterráneas sin luz solar durante cinco o seis meses”. Por esto, es tan importante la labor heroica de mujeres como Nareen, quien a pesar de haber tenido que dejar su país para velar por su vida, continua colaborando activamente desde Alemania, para evitar a toda costa que las mujeres continúen sufriendo este tipo de atrocidades.

“La ONU envió un equipo para investigar los crímenes del Estado Islámico en Irak y calificó de genocidio la persecución a la religión yazidí, pero no se ha hecho nada más y nada cambió”, protestó la joven. “Los yazidíes somos una pequeña comunidad condenada a la muerte en Oriente Próximo. Pero los activistas pedimos justicia y no nos detendremos hasta llevar a estos criminales a juicio”.

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