Con la despenalización del aborto cayó la mortalidad materna

Con la despenalización del aborto, Uruguay se convirtió en el país latinoamericano con menor mortalidad materna, de acuerdo a un estudio de la publicación internacional Gynecology Obstetrics. Cada 100 mil nacidos vivos, sólo 14 mujeres fallecen.

“Uruguay ha presentado una drástica disminución de su mortalidad materna en los últimos 25 años y se encuentra, según los datos de Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), en el segundo lugar, con la menor mortalidad materna en la región de las Américas”, por detrás de Canadá, sostiene el informe.

“Es evidente […] que esta reducción fue resultado principalmente de la dramática disminución de la mortalidad asociada con el aborto en condiciones de riesgo, que era responsable de casi 40% de las muertes a principios de este siglo y cayó a 8% en los últimos diez años”, apunta Gynecology Obstetrics.

El informe indica que “fue la aplicación cada vez más amplia del modelo de reducción de riesgo y daños del aborto provocado en condiciones de riesgo la que logró reducir claramente la mortalidad materna asociada al aborto inseguro, aun en el marco de leyes que restringen al acceso al aborto seguro”.

El ex subsecretario de Salud Pública Leonel Briozzo en conversación con Radio Uruguay afirmó que la “inexistencia de muertes por aborto es un logro de las políticas públicas que se llevaron adelante”. La reducción de riesgo y daño primero y la despenalización del aborto después lograron “reducir los riesgos de muerte en el proceso de un embarazo no deseado” aseguró.

Según datos publicados en el informe, la proporción de muertes maternas por abortos inseguros disminuyeron de 37,5% en el período 2001-2005 a 8,1% en 2011-2015.

La publicación alerta también que en Argentina y Brasil, el 50% de los abortos terminan con la muerte de la mujer.

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Aborto legal

“En la década del ’90, el perfil de mortalidad materna de Uruguay mostraba que la primera causa era el aborto inseguro, seguida por la hemorragia y otras complicaciones”, señala la publicación que agrega que la tendencia comenzó a caer con la aplicación desde 2001 del modelo de reducción de riesgo y daños del aborto, que tuvo un gran impulso desde el año 2005.

Dicho modelo fue acompañado por avances en educación sexual y reproductiva y en la universalización del acceso a la anticoncepción lo que “logró reducir claramente la mortalidad materna asociada al aborto inseguro”.

Uruguay aprobó en 2008 una ley que despenalizaba el aborto, pero fue vetada por el presidente Tabaré Vazquez, y fue recién en el 2012 que finalmente se aprobó la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que establece que el aborto es completamente legal en un plazo de 12 semanas, que se extiende hasta 14 si fueron víctimas de una violación. Mientras que no existe plazo cuando hay riesgo para la salud de la madre o el feto es inviable.

Entre las principales criticas de las organizaciones defensoras de los derechos de la mujer a la norma figuran la falta de la debida información a las ciudadanas sobre la ley y el hecho de que para acceder a la interrupción legal del embarazo las mujeres deban pasar antes por la consulta de un ginecólogo, un psicólogo y un asistente social, y  respetar un plazo de cinco días “de reflexión”, lo que se convierte muchas veces en un obstáculo para las mujeres que terminan optando por un práctica clandestina.