INVESTIGACIÓN

Mujeres Invisibles: la cara oculta de la guerra de Malvinas

“Mujeres Invisibles” es el título que lleva una reciente investigación a cargo de Alicia Panero, donde rescata la historia de un grupo de mujeres “veteranas” de guerra, hasta ahora completamente invisibles.

Foto: prensa.cba.gov.ar

Pasaron más de tres décadas del conflicto de Malvinas, y la historia de estas mujeres permaneció oculta.

Alicia Panero se encargó de rescatar la historia de un grupo de mujeres que jugaron un papel fundamental durante la guerra, atendiendo a los heridos en los buques y cuarteles.

Acompaña a la investigación una iniciativa de la senadora Hilda Aguirre de Soria, que además de instar a reconocer el valor de su labor, promueve que se les otorgue una pensión vitalicia.

Son mujeres que pasaron por los mismos problemas, traumas y pesadillas que los hombres de guerra, son también “veteranas” de guerra, que tras 33 años de silencio, empiezan a contar sus historias.

Enfermeras

En su mayoría, estas mujeres tenían entre los 15 y los 17 años de edad. Varias de ellas eran estudiantes de enfermería y durante el conflicto se desempeñaron como enfermeras, hubo entre ellas también muchas voluntarias, que no son recordadas. Recibían a los soldados heridos, amputados, traumatizados. Los curaban y los contenían.

Calladita

Cuando volvieron de la guerra, se les sugirió permanecer calladas, porque ellas habían sido testigo de las condiciones aberrantes en las que volvían muchos soldados.

«El Congreso las reconoció cuando se cumplieron los 30 años de la guerra, pero en ese transcurso, la mayoría prefirió no hablar, primero, porque la guerra venía de la dictadura y era como vergonzante; y segundo, nadie les creía, porque nunca se habló de ellas. Además, en general, los que sufren estrés postraumático hablan muchos años después. Por ejemplo, Alicia Reynoso, a raíz de un ACV, recién 28 años después de la guerra contó su experiencia en una sesión de terapia. Y hoy sigue dando charlas», dijo la autora del libro donde se rescatan sus historias.

Aunque pasó tanto tiempo “ recién las invitaron a desfilar por primera vez el año pasado, en el aniversario del bautismo de fuego de las Fuerzas Armadas, el 1 de mayo”.

En el libro se rescata la historia de estas mujeres, enfermeras, madres, hijas, amigas, familiares.

Que algo las evoque

En entrevista con la prensa, dijo que el libro “está trabajado desde un lugar integrador, de búsqueda de mensajes de paz y de dar a conocer a estas mujeres que no fueron solamente las madres, las viudas, las hermanas, sino también las enfermeras profesionales, voluntarias, civiles, militares”. En tal sentido, hizo hincapié en “algunas muy jóvenes que se desarrollaron en el ámbito del voluntariado, como las que se trabajaron en Cómodo Rivadavia o las que trabajaron en la configuración de los busques hospitalarios en Puerto Belgrano, que eran aspirantes a enfermeras, y tenían entre 15 y 16 años”.

También se agregan “militares profesionales de la Fuerza Aérea que estuvieron en el hospital reubicable de Comodoro Rivadavia recibiendo a todos los heridos; además de las del barco, que son siete y estuvieron en el buque Almitante Irizar”.

Destacó que hay historias “que me han conmovido profundamente –expresó la escritora– porque en este país tenemos madres de todos los dolores, pero madres de la guerra no hay, nadie las recuerda y son las que cargan con el dolor de los que no volvieron y con las secuelas de los que sí volvieron. Muchas de ellas se nos están yendo sin que haya algo que las evoque”.

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