AMOR EN EL AIRE... Y EN LA CABEZA

El amor modifica varias zonas del cerebro, según un estudio

Recientemente se publicó en la revista Frontiers in Human Neuroscience, un estudio llevado adelante por investigadores estadounidenses y chinos, en donde se demostró de qué manera estar enamorado altera el funcionamiento cerebral.

Foto: Greg Jordan

El estudio, publicado en Frontiers in Human Neuroscience, mostró que tener una relación amorosa provoca ciertas alteraciones en la arquitectura del cerebro.

Según la investigación, una persona que está enamorada muestra una “mayor conectividad entre las regiones del cerebro” asociadas con la recompensa, la motivación, la regulación de la emoción, entre otras.

Por primera vez

Si bien el tema del amor ha sido investigado por múltiples científicos, este «estudio proporciona la primera evidencia empírica de alteraciones relacionadas con el amor en la arquitectura funcional del cerebro«, dijo Hongwen Song, uno de los principales autores, perteneciente a la Southwest University en Chongquing, China.

En la investigación se utilizaron técnicas de neuroimagen, usando imágenes de resonancia magnética funcional, en cien estudiantes universitarios. Dividieron a los participantes voluntarios de este estudio en tres grupos: quienes estaban enamorados, quienes estaban solteros, y quienes habían dejado de estar enamorados, recientemente.

Hallazgos

El cerebro de los voluntarios enamorados reveló unas doce zonas del cerebro funcionando en forma diferente, activándose en forma coordinada solamente en este grupo y que la actividad registrada en esas zonas estaba en aumento.

De esta forma, los científicos hallaron que en el “grupo de los enamorados” existía un aumento de la actividad cerebral en reposo en una zona llamada cortex del cíngulo anterior del hemisferio izquierdo.

En tanto, la actividad cerebral en el núcleo caudado bilateral, se redujo significativamente en el grupo de quienes habían dejado de estar enamorados. Esta área se relaciona con la detección de recompensas, la expectativa, la integración de la información sensorial, la representación de los objetivos.

En el grupo de enamorados se encontró una mayor conectividad entre el cortex del cíngulo anterior del hemisferio izquierdo con otras estructuras como el núcleo caudado, el núcleo accumbens o la ínsula, una red cerebral que se asocia también a la recompensa y motivación.

«Estos resultados arrojan luz sobre los mecanismos neurofisiológicos subyacentes del amor romántico mediante la investigación de la actividad cerebral», comentaron los autores.

 

 

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