NUNCA ES TARDE

Una mujer puertorriqueña expone por primera vez, a los 91 años

Se inauguró la primera exposición de pintura de Milagros Lugo, una encantadora puertorriqueña que tiene nada menos que 91 años.

La artista es madre, abuela de tres nietos y hasta bisabuela de cuatro pequeños.

Milagros Lugo, de 91 años, empezó a incursionar en el arte de la pintura hace apenas cuatro años, pero los resultados que obtuvo fueron como si se tratara de una pintora de toda la vida. La agencia Efe entrevistó a la artista, que manifestó «La edad no tiene nada que ver para hacer lo que uno quiera”. La apertura de la exposición se produjo  en la Galería Guatíbiri, situada en el barrio de Río Piedras, en San Juan.

La artista es madre, abuela de tres nietos y hasta bisabuela de cuatro pequeños. Asi es que explica que la edad no tiene porqué implicar «estar sentado en una silla todo el día en su casa sin hacer nada», «Yo siempre estoy haciendo algo para divertirme», afirma.

«Nunca es tarde, aun a los 91 años»

Parece ser su enseñanza, y es el título que lleva la exposición que cuenta con 44 obras, en donde paisajes y pájaros cobran especial protagonismo. La galería en la que está montada esta muestra tiene ya más de cuarenta años de historia.

Mirando un programa de la televisión pública en donde se enseñaba a pintar, y alentada por su hija, la mujer decidió anotarse en la Liga de Estudiantes de Artes en el Viejo San Juan, para tomar clases de pintura. Milagros comenta en la entrevista con Efe acerca de su adaptación a una escuela en donde, claro está, todos eran mucho más jóvenes:

«Soy la mayor, pero no me siento mal por mi edad. Me siento igual que ellos. Nosotros relajamos; ellos me buscan el caballete (herramienta para sostener las obras), agua para tomar,… y en general me tratan muy bien».

Otra de las características de su pintura, además de la presencia de la naturaleza, es buscar la inspiración en rostros y gestos de mujeres que aparecen en los diarios,»riéndose, dormidas, espantadas o sonriendo».

Y siguen los planes

A pesar de que ver inaugurada su primera exposición se convirtió en un sueño hecho realidad, Lugo tiene otros planes. Ya ha publicado un libro en donde cuenta algunos aspectos de su vida, y se prepara para editar otro, en donde habla de su vida en la actualidad y de otros ancianos con quienes se relaciona. Sobre esto, expresó: «Lo que he hecho es sentarme a hablar con ellos -algunos viven en hogares para ancianos- y lo registro todo, pero obviamente sin citar sus nombres». Dice también que desea llegar a los cien años, y, tal vez, un poco más.

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