FEMINISTAS

Concentración contra el abuso callejero en Plaza Matriz

Hoy lunes 5 de enero el Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC Uruguay) se concentrará en Plaza Matriz en Ciudad Vieja a las 17:30 hs.

Concentración en Plaza Matriz contra el acoso callejero Foto: OCAC Chile / www.flickr.com

 

En el marco de una serie de acciones públicas que pretende llevar a cabo el naciente OCAC Uruguay, hoy lunes 5 de enero se darán cita en la Plaza Matriz de Ciudad Vieja con el fin de difundir, sensibilizar y reflexionar sobre el acoso sexual callejero.

Al evento, que se desarrollará desde las 17:30 hs., puede asistir cualquier persona que esté interesada en la causa.

La actividad promueve la participación con consignas y carteles que condenen el acoso callejero que viven día a día las mujeres,  ya que esta primera intervención consistirá en una sesión de retratos a hombres, mujeres, niños y personas en general que pasen por allí y quieran participar, portando mensajes anti – acoso.

Según expresan en la convocatoria » La violencia sexual contra la mujer ejercida en los espacios públicos o acoso callejero es padecida por un abrumador porcentaje de la población femenina, sin que norma o ley alguna lo tipifiquen ni condenen.

El movimiento que lucha por su erradicación también apunta a lograr que se genere una normativa que permita denunciar al acoso callejero, porque hasta que no se condene legalmente, seguirá naturalizado e impune.»

En esta primera actividad del OCAC Uruguay, que sigue los pasos del OCAC Chile, estará presente la directora del OCAC del vecino país la socióloga María Francisca Valenzuela Tapia.

A continuación les dejamos información sobre el acoso sexual callejero extraído de la página web del OCAC Chile / www.ocacchile.org.

¿Qué es el acoso sexual callejero (ASC)?

Son prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida, en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semi públicos (mall, universidad, plazas, etc.); que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida.

Las prácticas de acoso sexual callejero son sufridas de manera sistemática, en especial por las mujeres, ocurriendo varias veces al día desde aproximadamente los 12 años, lo que genera traumatización no sólo por hechos de acoso especialmente graves, sino por su recurrencia.

¿Qué prácticas son consideradas ASC?

Miradas lascivas
“Piropos” suaves y agresivos
Silbidos, besos, bocinazos, jadeos y otros ruidos
Gestos obscenos
Comentarios sexuales, directos o indirectos al cuerpo
Fotografías y grabaciones no consentidas a partes íntimas
Tocaciones (“agarrones” o “punteos”)
Persecución y arrinconamiento

Masturbación con o sin eyaculación y exhibicionismo

¿Por qué el ASC es violencia?

Porque es una práctica no deseada, que genera un impacto psicológico negativo y que las personas, especialmente mujeres, pueden vivir varias veces al día desde los 12 años, en promedio.

Los efectos del acoso se demuestran en acciones cotidianas de la víctima como:

Cambiar los recorridos habituales por temor a reencontrarse con el o los agresores.
Modificar los horarios en que transita por el espacio público.
Preferir caminar en compañía de otra persona.
Modificar su modo de vestir buscando desincentivar el acoso.

¿Por qué no es culpa de las víctimas?

Todas las personas tienen derecho a transitar libremente y con la confianza de no ser violentados, independiente del contexto, la edad, la hora del día o el vestuario que ocupa la persona agredida, los derechos humanos no dependen ni se suspenden por detalles del entorno. No hay excusas ni justificaciones para el acoso sexual callejero.

Es violencia de género, pues refleja en el espacio público la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, a través del abuso sexual. En la actualidad, la violencia sexual es penada y no tolerada en otras situaciones y contextos (acoso laboral, estupro, violación), pero está pendiente sancionarla cuando ocurre en los espacios públicos.

Algunas manifestaciones de acoso sexual callejero son aceptadas como “folclóricas” o “tradicionales”, lo que tampoco debe ser argumento para tolerar esta vulneración. La violencia no puede ser patrocinada con orgullo por ningún pueblo o nación.

A la vez, el acoso callejero se vincula a la “coquetería” y sexualidad. Cada cual tiene derecho a experimentar su sexualidad como estime conveniente, siempre que no atropelle las libertades del resto. Quienes manifiestan su incomodidad y rechazo tienen derecho a mostrar su incomodidad. Asimismo, quienes acostumbran a acosar, deben comprender que han confundido la coquetería y galantería con violencia sexual.

Por todo lo anterior, las víctimas no deben sentir culpa o vergüenza por sufrir acoso sexual callejero, puesto que NUNCA ES SU CULPA. Lo importante es reflexionar de manera crítica y consciente, teniendo en cuenta que esta problemática afecta a personas particulares, pero responde a un fenómeno social complejo.

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