EXPUESTAS EN LA RED

Sexting: una nueva moda que pone en peligro la integridad y privacidad de las mujeres

Nos adentramos en las consecuencias de la exposición sexual de las mujeres y adolescentes en las redes sociales, consecuencias que transitan por el acoso, la pornografía, y la violencia de género.

Las graves consecuencias de la exposición sexual en la red

El creciente y acelerado desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) sin duda alguna ha trastocado los marcos y dinámicas relacionales hasta hace unas décadas establecidas. El desarrollo de dispositivos con mayores funcionalidades y aplicaciones, entre estas la toma de fotografías, grabación de audio, vídeos y navegación en internet, si bien nos permite estar conectados e interactuar con independencia de nuestras distancias geográficas, facilitan nuestro trabajo, y brindan respuesta a nuestras necesidades y requerimientos de manera efectiva en un menor tiempo, también en la actualidad han representado una amenaza a la vida, integridad y privacidad de las personas.

Las funciones de estos dispositivos electrónicos, el internet y la proliferación de las redes sociales, han facilitado y creado las condiciones para la ocurrencia de delitos electrónicos como estafas, usurpación de la identidad, creación de personajes e identidades ficticias, secuestros, delitos sexuales, así como, la profundización de situaciones de acoso y la exposición no consensuada de la vida privada de las personas; hecho que ha afectado principalmente y de manera significativa a las mujeres.

Las mujeres y adolescentes

El desconocimiento de los riesgos y el uso de manera irresponsable de estos dispositivos y redes sociales por parte de adolescentes y mujeres adultas en situaciones como el sexting (envío de fotografías, audio y vídeos de contenido erótico o sexual explicito), ha servido de justificación para exponer a las mujeres y fundamentalmente su sexualidad, en sus espacios públicos digitales, frente a sus conocidos, pero también frente a desconocidos, afectando sus relaciones familiares, sociales, laborales, educativas, emocionales, entre otras.

Pero además de este uso inadecuado producto del desconocimiento o desestimación de los riesgos asociados a la exposición a través de estos dispositivos y redes, es también una creciente realidad las prácticas arbitrarias por parte de hombres inescrupulosos de fotografiar o grabar a compañeras sexuales sin su consentimiento en el desarrollo de estos actos, a fin de contar con pruebas de haber alcanzado su objetivo frente a sus grupos de pares, como trofeo por la hazaña realizada, lo cual no solo constituye una violación de la privacidad de las mujeres y el ejercicio de su sexualidad en condiciones de seguridad, confidencialidad y confianza, sino que además supone desde esta perspectiva la distribución de pornografía.

Las consecuencias de la exposición

Este hecho estará asociado a la concepción de la masculinidad, la cual si bien históricamente ha estado configurada en torno a la potencia sexual y la cantidad de conquistas alcanzadas, en la actualidad y principalmente en las nuevas generaciones, se configura en torno a la demostración del acto del que se hace alarde.

Asimismo, la exposición en la red de las mujeres se constituye como otra forma de violencia de género que no ha sido tipificada en la normativa jurídica de algunos de nuestros países.

En ocasiones la publicitación por parte de los hombres de fotografías y vídeos de contenido sexual realizados con consentimiento y en la privacidad de la relación sexo-afectiva, es utilizada como un mecanismo de venganza, chantaje, difamación y descrédito en el contexto de situaciones de desavenencia, ruptura o fracaso de la relación amorosa, situaciones que la más de las veces, se dan amparadas en el anonimato de internet, el cual, favorece la proliferación e impunidad de agresores cibernéticos.

Esta exposición de la sexualidad de las mujeres en la red, de forma voluntaria o no, crea condiciones de inestabilidad emocional, moral y psicológica; inseguridad, culpa, vergüenza, pérdida de confianza en los otros, temor al involucramiento sexo-afectivo, evitación de situaciones de intimidad, resquebrajamiento de las relaciones interpersonales, baja autoestima, burlas, ridiculización, crítica, hostilidad, intimidación, amenazas, extorsión, y en ocasiones extremas el suicidio, como acto resolutivo frente a la incapacidad de manejar situaciones de acoso y exposición, así como, al no contar con apoyo en sus ámbitos de realización social y ser víctima de violencia institucional.

El sexting pone en peligro la integridad de las mujeres

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