Hartazgo. La adolescente, cansada de los abusos, dejó en evidencia al depravado

Quinceañera manoseada casi degüella al padrastro

Fue detenido y procesado con prisión, un hombre con profusos antecedentes penales, que sometía a la hija de su pareja. La quinceañera, cansada del martirio, se defendió y quiso degollarlo con un cuchillo, dejando los manoseos al descubierto.

El depravado fue detenido en Paysandú como supuesto autor de un delito de abusos sexuales a una adolescente de 15 años, hija de la mujer con la cual el hombre mantenía una relación sentimental. Fue la madre quien denunció los hechos.

Según pudo saber LA REPUBLICA, hacía mucho tiempo que el hombre intentaba someter a la joven. Se aprovechaba de los momentos en que ella estaba sola en su domicilio, para que nadie se percatase de sus pretensiones.

Pero el miércoles de la semana pasada, en una casa de avenida Soriano, fue aclarada la trama luego de un procedimiento de personal de la Seccional 2ª.

Las primeras averiguaciones determinaron que Alberto María Paz Correa, apremiaba constantemente a la menor, quien lleva su apellido, mediante agresiones físicas y verbales, tratando de amedrentarla y asustarla, para lograr sus propósitos.

Ese día, la joven regresó a su casa un poco más tarde de lo habitual porque se quedó estudiando con otras compañeras. El hombre le recriminó su actitud, lo que originó una nueva discusión de tantas suscitadas con anterioridad entre ambos.

El tono fue subiendo hasta que la menor, ya cansada de tantos apremios, tomó un cuchillo e hirió a su padrastro. Este fue internado de urgencia en el Hospital Escuela del Litoral «Galán y Rocha», donde fue intervenido, y no corre peligro su vida.

Al día siguiente, la menor y su madre fueron indagadas por la Justicia. Ante la jueza, la pareja del hombre denunció los varios intentos de abuso que el hombre había cometido contra su hija.

Para interrogar al abusador, la Justicia debió aguardar que Paz Correa se repusiera. Una vez dado de alta en el Hospital Escuela del Litoral, el hombre fue conducido ante el Juzgado. Allí alegó que su hijastra está loca, y que se había puesto de acuerdo con su madre para acusarlo, porque así, según dijo, se vería obligado a abandonar la casa.

Ante esta versión, la jueza penal de 2º Turno, Blanca Rieiro, dispuso pericias psiquiátricas y psicológicas para la menor. Los especialistas concluyeron que la adolescente decía la verdad y que, efectivamente, había sido sometida sexualmente.

Al conocer el resultado de los estudios ordenados, la magistrada dispuso una nueva conducción del denunciado a la sede judicial, y luego de cumplidas las audiencias pertinentes, resolvió procesarlo con prisión por «reiterados delitos de atentado violento al pudor».

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