Crujientes

Buñuelos de algas frescas, de Rocha

Los hay pretendidos expertos que dicen saber diferenciar diferentes tipos de algas para escoger solo aquellas -dicen- apropiadas para preparar los famosos buñuelos, el «plato» rey de los veranos oceánicos en la costa de Rocha, junto con la sopa picante  de almejas, el caldo afrodisíaco de sirí y la majuga frita de la encandilada.

Lo cierto es que nadie se ha quejado por «equivocarse» de tipo de alga, así que todas aquellas con apariencia lechugina, verdes por unanimidad, aferradas al sustrato rocoso, pero siempre sumergidas, mecidas por la dinámica de las olas de la orilla, esas algas son las mejores del mundo para cocinar unos deliciosos buñuelitos de algas, ñam, ñam.

Ingredientes:

Algas, muchas algas, bien lavadas, limpias de toda adherencia sólida, y picaditas chicas. Muchas, en un bowl sobrado.

2 tazas de harina

4 huevos

1 cucharada de polvo de hornear

sal y pimienta a gusto

agua, o lecha, necesaria

Aceite, bastante

Preparación:

Mezclar todos  los ingredientes excepto las algas, uniendo hasta logar una pasta licuosa espesota, lisa, sin grumos.

Verter sobre el picotillo de algas (que tiene que ser de mayor volumen que la pasta). Mezclar, reposar 20 minutos en la heladera.

Calentar medio litro de aceite, en una olla mejor que en sartén. Caliente-caliente, sin llegar a humear, justo antes.

Con una cuchara, ir zambullendo en el aceite caliente, cada cucharada colmada del mazacote preparado, una junto a la otra, flotantes, hasta completar la superficie del aceite bullente. Ir rotando los buñuelos a medida que se «doran» o amarronan.

Retirarlos sobre papel absorvente.

Bon apetit!

 

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