Video porno: Florencia Peña entreabre su sexoteca tras el hit mediático y el fracaso ante su exmarido
El video porno de Florencia Peña, dividido en dos partes, el «prólogo» conocido de 4 minutos de tibio sexo oral y la impactante segunda parte con su volcánico «grand final», tributó a la actriz una pequeña frustaración privada, comparada con el imponente éxito público que recauda su popularidad.
Mariano Otero el músico no abre la boca. No sale a contener en abrazo a su exmujer, pobre víctima de malvados asaltantes de su intimidad. Tampoco da señas de importarle el supuesto veneno que ese video impondría a la nueva mujer que ronda su corazón.
Florencia Peña ni siquiera lo había prevenido. Tampoco le avisó cuando ya corría la mecha. Debieron ser la madre y hermana de Mariano las que le contaron. Mariano, «ni bola».
Rápida para las cuentas, Florencia Peña saca en limpio que la difusión de su primer video íntimo, apenas la puntita del iceberg que la actriz reserva, sólo adelanta en un año y medio su antídoto para la prevista «crisis de los 40″: convertirse en primera estrella nacional del género revista. Reinar por encima de todas, ponerse al tope de las carteleras. Este meteórico envión mediático de hoy, teñido de impudicia, le cayó al pelo.
Florencia Peña es una actriz profesional, es decir, alguien cuyo ofricio consiste en «hacer que parezca real», ya esa una persona, una situación. Nos dice que el amor con Mariano está intacto, que no está enojado con ella por esto del video. Y le creemos.
Nos dice que él usó el plural: «No puedo creer lo que nos hicieron». Y le creemos.
Nos dice que ojalá no se publique la segunda parte. Y le creemos. Nos dice que el video se lo robaron. Y le creemos.
Pero, puesta una mujer como Florencia Peña en el tobogán de decir, dice más de lo recomienda el libreto. Detalles de más. Dice que ese video se filmó a fines de octubre, porque «hasta noviembre andaba en idas y vueltas» con su ex, con quien se reunía los fines de seamana para «garchar» y filmarse. ¿A santo de qué precisar esas fechas?. ¿No podía haber dicho que se filmó cuando aún estaban juntos, habiendo así resultado más lubricada su «justificación»?
La versión que se impone en el círculo del músico es que es una manera de dejarle claro, que mientras «enamora» con su nueva amiga, Mariano sigue «garchando» con ella. «Los dos tenemos -así, en tiempo presente lo refiere- una manera hipere fogosa de comportarnos en la intimidad». Faltaba más.
Dice que tiene diez años de sexoteca grabada. Aunque quizás su exmarido, como el final de la «segunda parte», diga en algún momento: «No aguanto un segundo más».
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