Un viaje por la República Islámica de Irán

Foto: Daud Reisizia.
Foto: Daud Reisizia.

Teherán, Qom, Isfahan y Mashaduna ruta de amor y fraternidad

Treinta y nueve años después de leer una nota sobre el triunfo de la Revolución Islámica en Irán que publicó en Bogotá, Colombia, el diario El Espectador, llego al Aeropuerto Internacional de Teherán, Imam Jomeini. Son los primeros minutos del domingo 11 de febrero de 2018 y los iraníes celebran un aniversario más del triunfo alcanzado en 1979.

Fardin es el primer iraní con el cual converso. No hablo farsi, pero él si habla español, además es casado con una peruana y demuestra simpatía por las personas de nuestra América. Me lleva al hotel donde La Voz Exterior de la República Islámica de Irán reservó una habitación para mí como parte del premio por haber ganado el Concurso Fayer (Revolución) del año 2015.

Unas horas después Fardin me acompaña hasta la Plaza Azadi donde deseo participar en la marcha por el aniversario revolucionario. Miles de banderas iraníes por las calles, que están atiborradas de familias. Algunos niños me ofrecen dulces. El hermano iraní les comenta que voy desde México y Colombia. Algunos sonríen, otros me regalan una bandera iraní. Un joven nos alcanza y me obsequia un afiche que trae las fotos del Imam Ruhollah Musawi Jomeini y del Seyyed Ali Jamenei, actual líder de la nación.

En Teherán nos encontramos con las periodistas peruanas Julia Palomino e Irma. Llegan a la Plaza Millet, acompañadas de familiares y conversamos un poco de las relaciones iraníes con los países de nuestra América, especialmente con Venezuela Bolivariana, Nicaragua, Ecuador, Cuba y Bolivia. Evoco las lecturas de la década de 1970, sobre todo los escritos de Gustavo Gutiérrez Merino, teólogo libertario peruano y Ernesto Cardenal, poeta y ministro de Cultura en la Nicaragua Sandinista.

Al visitar el Mausoleo del Imam Jomeini (AS) recuerdo aquella crónica de Cardenal sobre su encuentro en Teherán con el líder iraní en la década de 1970 y la alegría que sintió, el nicaragüense, cuando vió que el personaje revolucionario vivía en una casita sencilla donde se respiraba espiritualidad y compromiso.

Las hermanas Mariam Esalat, Directora de La Voz Exterior de la República Islámica de Irán; Fahimeh Soha, responsable del sitio web en español; Tayebe Musivand, encargada del Servicio de Relaciones Públicas y el hermano Mohammad, actual conductor del espacio “Conversando con nuestros oyentes” en ParsToday,  que se emite en español por las bandas de onda corta e internet, me reciben amablemente en los estudios de la radiodifusora y me entregan obsequios que constituyen preciosas artesanías de la antigua Persia. Luego realizamos un recorrido por otras instalaciones de empresas de medios.

Qom la ciudad sagrada

Llego a Qom en horas de la madrugada acompañado de dos hermanos que me llevan a una escuela de Estudios Coránicos donde me hospedan. Uno de ellos, habla francés y español. Me explica que estar en Qom es similar a llegar a La Santa Sede o el Estado Vaticano al comparar la cantidad de lugares religiosos y administrativos del Islam shiita. Despierto con la llamada a la Oración. En Qom existen 85 mezquitas y 15 mausoleos, además de escuelas donde se estudia el Islam y hay becarios extranjeros. Estoy hospedado a unas cuadras de la casa donde el Imam Jomeini (p) se reunía con sus compatriotas para estudiar el rumbo de la revolución islámica. Ahora está convertida en un museo donde llegan estudiantes, estudiosos, historiadores, periodistas y turistas que quieren conocer más de la vida del dirigente iraní.

Durante la visita a la Mezquita de Yankaran, uno de los edificios más hermosos en Irán, iniciamos una conversación en la que participan hombres y mujeres conocedores del Islam y de la situación internacional. La hermana Zohre, director de la revista Kauzar, en español, me da la bienvenida a Qom y desea que mi estancia sea grata y enriquecedora. En este hermoso lugar hay mucho que aprender. Los jóvenes que me guían durante los recorridos son entusiastas, hablan tres idiomas y transmiten palabras de amistad fraternal. Sueñan con un mundo sin opresores ni oprimidos, donde todos los seres humanos se reconozcan como hermanos.

Con Daud vamos hasta Isfahán

“Isfahán, la mitad del mundo”, había leído en un afiche colocado en Caracas, Venezuela Bolivariana en el año 2009. La Unesco considera a la ciudad de Isfahán entre los lugares Patrimonio de la Humanidad. Dan ganas de quedarse a vivir allí. Personas amables nos ofrecen su amistad y su casa. Acompañado de Daud, joven estudiante oriundo de Isfahán y su hermano Ehsan visitamos el Bazar, tomamos un delicioso café turco. De fondo se escucha música de orquesta y al salir de allí para realizar la oración del mediodía entramos a la Mezquita del Viernes que tiene un patio de 76 por 65 metros. Impresionante la cantidad de musulmanes que entran. Casi todos se acercan a tomar ejemplares de El Corán. Durante los espacios antes y después de la oración estudian y recitan aleyas (versículos del libro sagrado).

Más tarde y para comprobar el respeto que existe por las demás religiones visitamos el barrio cristiano y armenio de Folja. La historia de amor y amistad entre iraníes y armenios se remonta al año occidental 1605 cuando grupos numerosos de armenios perseguidos por los otomanos encontraron refugio en Isfahan. En el templo Amna Perkich, que significa curación completa, conversamos con un religioso quien explica parte de sus tradiciones. Hay tanto que conocer en Isfahán que el día se acabó y tenemos que trasladarnos al aeropuerto para continuar hacia

Mashad, capital de Khorasán, lugar de peregrinación

Una noche fría contrasta con la calidez de los iraníes de Mashad quienes nos reciben en el aeropuerto internacional. Los musulmanes nos felicitan por llegar al escenario sagrado donde se encuentra la tumba del Imam Reza. Después de saborear un té caliente con miel, acompañado de dátiles vamos a descansar y prepararnos para la jornada del domingo.

Desde Afganistán, Pakistán y Turquía, así como de varias regiones de Irán (Golestan, Kerman y Yazd) llegan peregrinos a la visitar el Mausoleo del Imam Reza, el octavo de los 12 imames en el Islam Shiita. Las mezquitas están llenas. Revisiones de rutina para controlar la seguridad. Los agentes sonríen y responden el saludo tradicional As Salam Aleikum.

Estar en Mashad un domingo de febrero mezcla varias emociones en el recorrido realizado por un musulmán colombiano-mexicano que en su regreso a Qom por tren conoce a dos hermanos: Mohammad Azkarie Mashadie, un jubilado que al enterarse que viajo desde Nuestra América abre una caja de dátiles que lleva de regalo a sus familiares. Habla en farsi y el traductor Dau me explica que transmite los mejores deseos y una alegría por el encuentro. El otro acompañante en el tren es Seyyed Morteza Alabi, un joven recitador del Corán quien se prepara a participar en un concurso.

Mil amores y una eterna soledad

Así titula uno de los libros del narrador, poeta y traductor salvadoreño Mustafa Al-Salvadori, quien ha convertido a Irán en su segunda patria.  Nos conocíamos a través de Internet y hemos concertado una cita gracias al Seyed Mohsen Rabbani, director de la Fundación Cultural Oriente y el hermano Taha Tahai, responsable de publicaciones en español. Mustafa es un promotor del Islam y de la cultura mundial. Me obsequia un ejemplar de su libro. Analizamos la situación de países centroamericanos y estamos convencidos que hacen falta más porciones de amor y fraternidad para mejorar el Mundo. Varias porciones de amor fraternal recibí durante mi ruta de viaje iraní.

Foto: Daud Reisizia.
Foto: Daud Reisizia.
error_outline

Los comentarios publicados en esta sección son entera responsabilidad de su firmante, y no necesariamente representa la posición de LARED21

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje