Ayotzinapa y Madera viven en la Memoria Mexicana

Un grafitti solidario con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, en la Peatonal Sarandí, Ciudad Vieja. Foto: Wikimedia Commons.
Un grafitti solidario con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, en la Peatonal Sarandí, Ciudad Vieja. Foto: Wikimedia Commons.

Septiembre es el Mes de la Patria para los mexicanos. El 15 de septiembre de 1810, el sacerdote insurgente Miguel Hidalgo dio el grito de la Independencia. Muchos años después cuando se había consolidado la Primera Independencia de México, la patria de Benito Juárez se vio amenzada por imperios europeos y entonces vino la etapa conocida como La Reforma en la cual participaron con entusiasmo Juárez García y Porfirio Díaz para defender la mexicanidad. El tiempo transcurrió y Díaz se convirtió en un dictador. Había tantos abusos contra la población mexicana que se empezó a organizar la Revolución Mexicana en 1910. Surgieron figuras claves como Emiliano Zapata, Francisco Villa y Ricardo Flores Magón. La revolución con acento social fue traicionada por un grupo de burócratas y ladrones que en nombre de la Revolución promovieron siempre a la Contra-Revolución.

En 1965 hacía falta otra revolución social y un grupo de jóvenes estudiantes y obreros se levantaron en armas en el estado de Chihuahua y asaltaron el Cuartel Madera. El gobierno criminal y contrarrevolucionario de Gustavo Díaz Ordaz ordenó una cruel represión y fueron asesinados 15 de los jóvenes insurgentes. Tres años después vino la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968.

Cuando se iban a cumplir 47 años de la masacre de Tlatelolco, un grupo de normalistas de la escuela Normal Isidro Burgos en Ayotzinapa, estado de Guerrero, ubicado en la zona occidental con costas en el Pacífico se alistó para viajar a Ciudad de México a participar en una marcha contra el Neoliberalismo y por la Vida. La noche del 26 de septiembre de 2014 fueron asesinados varios estudiantes normalistas y se desapareció a 43 que sobrevivieron.

Durante tanto tiempo los pueblos de México y la República Oriental del Uruguay han fortalecido su amistad en aras de la paz y la fraternidad. En calles de Xalapa y Tepic, varios jóvenes y adultos marcharon en la década de 1970 exigiendo que se fuera la dictadura militar y se liberara a los presos políticos en la patria de José Gervasio Artigas. Los uruguayos también han sido solidarios con México en diferentes oportunidades y ahora en 2016 se movilizan para reclamar a las autoridades por la desaparición de Los 43 Estudiantes Normalistas de Ayotzinapa. Gracias Uruguay. ¡Ayotzinapa vive!, ¡Madera vive y resiste!. Los pueblos desean Paz y Justicia Social. ¡Hasta la Victoria siempre!
Fernando Acosta Riveros, colombiano-mexicano, amigo del Uruguay.

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