¡Un apretón de mano a Don José Mújica! ¡Porque su lucha, ha sido perpetuar la vida, en el acierto o en el error!

Siempre he sentido, probablemente porque me tocó vivir estos tiempos, adolescencia con ruptura de democracia, con la dictadura, y pactos para salir de ella, un sentido más de vivencias y sobrevivencias.

He respetado mucho a los luchadores que han existido en este país, por ideales, y por todas las situaciones de torturas, avasallamientos, encarcelamientos, persecuciones, dramas, y muchos muertos, y muchos desaparecidos.

He sabido de las historias de muchos tupas, por cercanías de compañeros sindicalistas, y por cercanías de amigos, con ideales comunistas, subversivos, y de luchas contra el poder, cualquiera sea su estado.

He sabido, por lecturas, y por charlas, de las aberraciones vividas.

Sentí de cerca el exilio, de un ser admirable, familiar, lo más cerca a un Padre fue su presencia. Su retiro de lucha, fue España, su desaparición, no lo se y creo que nunca lo sabré.

Aprendí, mamé de él, un ser con honores y principios, leales como algunos, pero seguro muy pocos. Guapo, recio pero caballero, humano y muy cariñoso, amante de la familia, de los amigos, su barrio, su Paso de los Toros natal, pero principalmente de su Patria.

El fue un sindicalista del Sindicato de la Compañía del Gas, su nombre Telesforo Márquez Laguna, más conocido como “El Negro Tele”. Para mí, sencillamente mi tío Negro, o más sencillo, mi Tío. Viviendo en un familia de partidos tradicionales, el fue el gran puntal para flechar mi amor por la izquierda, y principalmente nuestro Frente Amplio.

Muchos han quedado en el camino, muchos más quedaran, otros la siguen luchando, otras la lucharán. Así es la vida, un gran luchador muere peleando, muere en su conciencia, con su bandera en alto, flameando y luciendo sus colores y sus principios. Pero un luchador no se queja, y mucho menos se lleva puesto a un hermano, ni aun en las palabras.

Mujica, Fernández Huidobro, Sendic, Rosencof, Marenales, Engler, Zabalza, Wasem, Sassano, Carbajales, Manera, Kimar Amir, Raúl Sassano (portuario), Rodríguez Belletti, Luis Martirena y su esposa Ivette Jiménez, Campora, Jorge Candán Grajales, Armando Blanco, Gabriel Schoerder, Horacio Rovira, Filomena Grieco, Carlos Rovira, Juan Domínguez, Irma Bianchi, mi tio Telesforo Márquez, y tantos otros, muchos murieron en la lucha, muchos sucumbieron a las torturas y cárceles, y muchos pero muchos están todavía desaparecidos. Mis respetos a todos los familiares de los que no se encuentran en esta lista.

Por todo esto, digo, quizás o sin quizás, el sirio exrecluso de Guantánamo, si fue, si es, o será un combatiente por los derechos humanos, deberá serlo como lo fueron mucho, valiente.

Batallador, entregado a su causa, pero valorando la vida, respetando las leyes, y siguiendo los caminos.
La vida tiene un valor, y perpetuarla es el camino, para poder mirar el futuro, y tentar tener la posibilidad de vencer la lucha.

Esa fue la vida de Fernández Huidobro, y del Gran José Mujica, que nunca se quejaron de sus batallas, cayeron una y mil veces, se levantaron y pelearon por su vida. La perpetuaron, vencieron, y no se sentaron a ver pasar el enemigo vencido. ¡Porque se sigue luchando! Esa es la lucha, y se gana, peleándola día a día.Un guerrero nunca muere, pero tampoco deja de luchar.

Ellos siempre tuvieron un “¡Clemencia para los Vencidos”!, pero también no les tembló el pulso para dejar atrás el pasado, y pensar en el hoy y en el mañana.

Con sus aciertos y sus errores mis respeto a Don José Mújica, a Don Eleuterio Fernández Huidobro, pero también mis respeto a Don Gabriel Carbajales.

¡Un luchador vive, lucha por su vida!

Pero no olvidemos, que en el camino, en el Mundo, son muchos los que día a día, van dejando su vida, pero intentando hasta lo último tomarse de una mano, para no morir en vano.

Pensemos en los miles de náufragos en todo el mediterráneo, y quedémosno en los millares de personas que pierden su vida, pero en el intento por conservarlas, aunque sea con las expectativas de lucharlas.

La vida se valora, y la vida se vive.

Se pelea día a día, con la esperanza de ver la luz para compartirla.

No creo que el destino de Jihad Diyab, sea responsabilidad de nuestro Gobierno, y mucho menos del Gran Gladiador José Mujica, que perpetuo su vida, por su gran aprecio por la vida.
Salud compañeros!!!!