Negociación o ayuda humanitaria a Grecia

Después del triunfo del no a los planes europeos me parece que el dilema es claro.O bien la Unión Europea demuestra mayor flexibilidad en la negociación con el gobierno de Atenas, o el país heleno se verá abocado a la bancarrota total, y a los programas de ayuda humanitaria para la población.
Lo sensato sería que la UE cediera a los planteamientos del primer ministro griego y de Varoufakis, simplemente, para garantizar que no se va a perder, totalmente, la existencia real de un mínimo estado del bienestar en Grecia. Aunque es cierto que, por desgracia, ya no existe.
La declaración de Martin Schulz diciendo que habrá que decidir medidas de apoyo económico, o algo similar, para los párvulos griegos es un indicador de que las cosas, aparentemente, están cambiando.
Si bien en los próximos días y semanas se van a volver a producir una serie de negociaciones similares a las ya celebradas, creo que no lograrán avances significativos. Y los responsables de la vía muerta en el diálogo seguirán siendo la Troika y la canciller Merkel. Y el tiempo corre en contra de la UE. Si espera más, y quiere que el gobierno de Tsipras se rinda a sus exigencias, quizás sea demasiado tarde para todos.

Estados Unidos a lo largo de las últimas semanas ha dejado muy clara su posición ante la crisis griega, y la Unión Europea. El gobierno americano considera, como es sabido, que Grecia no debe salir de la comunidad europea ni del euro, por razones de estabilidad económica y financiera, y por el peligro del expansionismo ruso.
Por tanto, teniendo en cuenta esto último, me parece que hay motivos para el optimismo, respecto a la posible solución de la crisis económica griega. En todo caso, queda la alternativa de la ayuda humanitaria masiva, si no hubiera otras posibilidades viables, de sacar a flote al país heleno. El gran problema es que los otros países del sur acaben también con un corralito, lo que crearía una gran inestabilidad social y política.
La implantación del corralito no debería estar permitida en ningún país del mundo, es algo vergonzoso e indigno que los ciudadanos no puedan disponer, libremente, de su dinero. La Unión Europea no debería admitirlo en sus países miembros. Si bien, en mi opinión, es el causante principal del mismo por su cerrazón negociadora.
Estimo que Obama debería implicarse más a fondo en este asunto trascendental para Europa. Los 500 millones de posibles clientes de los productos norteamericanos son una poderosa y buena razón para que pase de las palabras a los hechos, y ayude económicamente a Grecia. Porque sería una inversión rentable a medio y largo plazo. Las próximas semanas y meses van a ser decisivos para el futuro de Europa.
Si se quiere mantener un estado del bienestar para todos los ciudadanos europeos, las líneas rojas son claras y evidentes. Mejores salarios y pensiones, más empleo de calidad, prestaciones de desempleo, subsidios, becas y subvenciones dignas y justas, etc. El crecimiento y la creación de riqueza y de empresas es otra de las prioridades. La igualdad de oportunidades es otro de los objetivos de los estados sociales de derecho que no debe ser papel mojado.