Paysandú: Una elección crucial

El domingo, los uruguayos estaremos decidiendo gran parte del destino que queremos para nuestros departamentos, ciudades y pueblos, en los próximos cinco años.
Lamentablemente en los últimos tiempos, Paysandú ha captado la atención de medios nacionales e internacionales por una serie de hechos bochornosos, muchos de ellos producto de una gestión deshonrosa del gobierno departamental de turno.
Los sanduceros (y todos los que vivimos en este departamento) hemos sido por estos motivos, víctimas de la burla para quienes relacionan a Paysandú con esos episodios. Referencias que son muy injustas, si se tiene en cuenta la riqueza histórica y el potencial actual con la que el departamento cuenta.
Es verdad que el estado en el cual se encuentra una ciudad o pueblo, no es únicamente responsabilidad de la Intendencia, ya que en muy buena medida, a los lugares los hace su gente.
Sin embargo, la Intendencia es (y debe ser) siempre el actor clave en el desarrollo de un departamento. Desarrollo que uno puede observar por ejemplo a simple vista, cuando transita por las calles de su pago.
Pero además, las acciones de un gobierno (y las formas como se llevan a cabo) muchas veces generan un factor “contagio” a la sociedad.

En los hechos, si una Intendencia trabaja con honestidad, voluntad y responsabilidad, el desarrollo será inminente y el espíritu de su población mucho más proactivo y enérgico.
De lo contrario, siempre que se dan malos ejemplos a nivel de un gobierno (desde sus máximas autoridades hacia abajo) no sólo la desazón y desidia llegarán a gran parte de la ciudadanía, sino también que se corre el riesgo de ir naturalizando valores y conceptos muy peligrosos que atentan contra cualquier intento de desarrollo.
Un gobierno que desee realmente el bien de su población y su departamento, debe esforzarse en tres sentidos fundamentales: ser honesto, comprometido y debe fomentar la participación de la gente.
Por lo pronto, el domingo en Paysandú, se estará definiendo “algo más que una elección”. Se trata de un momento crucial para los ciudadanos de este departamento, que deberán optar entre dos modelos claros: el Paysandú de la “viveza criolla” y el amiguismo (en el cual nos encontramos); u otro bien distinto en el cual se apunta al resurgir del departamento y acoplarlo al abanico de oportunidades que se ha brindado durante estos años desde el gobierno nacional.
Porque se puede creer de verdad, es hora de recuperar la dignidad y posicionar a Paysandú tal como lo merece. Porque hay mucha historia y mucho futuro en juego.
El domingo es un “día clave” para comenzar a impulsar el Paysandú entre tod@s y para tod@s.

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