Terremoto en Nepal

Ante la gran tragedia causada por el seísmo en este país parece adecuado poner de relieve algunos aspectos relativos a la seguridad de los edificios y, de modo general, en los procesos de construcción. Ahora lo más urgente, sin duda, es la ayuda de todo tipo que debe recibir Nepal en estos días, y durante un prolongado periodo de tiempo, con la mayor rapidez y eficacia posibles.
La población y las autoridades de este estado, ya sabían lo que sucedió en el terremoto de 1934, y no se aplicaron medidas antisísmicas a los edificios. Con el desarrollo y avance de las técnicas constructivas, y el uso de los materiales más apropiados se logra una mayor solidez y resistencia ante los seísmos. Y esto lo saben bien en Japón, ya que es un país sacudido por muchos terremotos.
En Katmandú se tenían que haber construido edificios sismo-resistentes, lo que habría evitado muchas muertes y heridos. Al estar situada esta población en una falla en la que chocan las placas de India y Euro-Asia era de esperar que, tarde o temprano, iba a producirse un gran terremoto. Por tanto, al ser una de las ciudades más vulnerables ante movimientos telúricos, se debían haber impuesto normas constructivas antisísmicas, para aumentar la resistencia de las casas de la ciudad.
Porque las técnicas de autoprotección en los momentos del seísmo y de las posibles réplicas, aunque son esenciales, no son suficientes ante derrumbes masivos enormes.
Algunas de las medidas antisísmicas son: refuerzo de cimentación con hormigón, utilización de materiales duros, ya que disipan la energía del terremoto, estructuras sólidas, etc. Y sobre todo, lo más importante, en mi opinión, es que los edificios sean diseñados y analizados por expertos en estructuras, de esta manera, hasta un rascacielos de más de 40 pisos podría resistir un seísmo fuerte sin caer o derrumbarse. De hecho considero que, en todos los países del mundo, debería ser obligatorio que todos los edificios construidos sean sismo-resistentes.
Parece increíble, pero un desplazamiento de convergencia de las placas en esta zona de Nepal de unos 45mm por año acaba causando un fuerte terremoto de 7,8 grados en la escala Richter.

La tarea de reconstrucción de Nepal va a ser ingente, pero este pueblo hospitalario será capaz de llevarla adelante con la solidaridad internacional, y con su esfuerzo. La pérdida de vidas humanas, más de 3.800, es estremecedor, y el número de heridos también. Afortunadamente, y como era de esperar, la comunidad internacional se está volcando para rescatar a los supervivientes entre los escombros, y para dar alimento y atención médica a las numerosas personas que lo necesitan. Para evitar también que surjan y se propaguen epidemias, etc.
Quizás India y China que son los países con más recursos, y más cercanos a Nepal sean los que más puedan ayudar en la reconstrucción de este estado. También Japón con su experiencia en cuestiones de materiales antisísmicos, etc., podría aconsejar y apoyar al gobierno nepalí.
La pérdida de monumentos por el terremoto es algo irrecuperable, pero la inmensa belleza natural de este territorio es un patrimonio que perdura en el tiempo. Ocho de las diez montañas más altas del mundo están en este país, entre ellas, el Everest con 8.850 metros de altura sobre el nivel del mar, según las últimas mediciones.

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