Justicia compasiva

El libro de Norbert Bilbeny titulado Justicia compasiva plantea en sus páginas un enfoque que, a mi juicio, se fundamenta en una especie de ética de la compasión y del cuidado de la existencia. En una línea parecida, en ciertos sentidos, a la de la ética cordial de Adela Cortina.
La contraposición entre justicia e injusticia no es algo simplemente teórico, ya que también posee una significación práctica indudable en la propia existencia de cada sujeto. Sobre todo, en los que padecen las situaciones de injusticia.
Desde una perspectiva existencial está claro que se pueden establecer vínculos con la compasión desde un enfoque ético de la realidad. Si pensamos en el aspecto coactivo del Derecho parece que, quizás la actitud compasiva es menos aplicable en el ámbito legal y penal. Incuestionablemente, la realidad de la finitud humana o de la muerte, hace más presente y clara la brutal gravedad de la injusticia.
Bilbeny en este libro plantea acertadamente la necesidad de una mayor atención a la justicia como ¨cuidado de la existencia¨. Lo que no le impide situarse en la corriente contractualista moderna de la filosofía política.
Estamos viviendo en un mundo tremendamente desigual y convulsionado. Y la clarificación de esto, y de las posibles vías de solución a los grandes problemas de injusticia de nuestro tiempo, pasa por un debate y análisis amplios que forman parte de la antropología jurídica y filosófica, la ética, y la filosofía práctica.
El mismo Bilbeny escribe: «La vida de todos es mortal, efímera y contingente- hoy se tiene y mañana puede que no-; y sí, además, sufre un daño intencionado y evitable, padecemos, entonces, injustamente, dos veces».

Por tanto, la labor de los estados del bienestar en los que, supuestamente, viven los ciudadanos debe garantizar un adecuado respeto y un cuidado respecto de las necesidades básicas de la totalidad de sus habitantes.
La esencia de la vida es su misma prolongación, el mero existir lo más posible. Puesto que los objetivos de las personas no pueden cumplirse, en general, sin un espacio de vida suficientemente amplio en el tiempo.
Es natural que Bilbeny escriba: «Aunque a menudo lo olvida la justicia, el hombre no ha venido a realizar ningún fin ni a cumplir ningún especial deber. Ni siquiera a «realizarse».Vinimos a la vida y a perdurar lo máximo en ella».
Las conclusiones que se pueden extraer de esta obra son numerosas. Pero si nos fijamos en aspectos más generales, parece que se deduce una interpretación abierta a una relativa esperanza en el buen sentido de la política y de los seres humanos. En todo caso, el gran reto es que las personas luchen con todas sus fuerzas, por un mundo justo y solidario. Lo que se consiga será el resultado de la suma de esfuerzos por parte de todos.
Considero que la mayor parte de responsabilidad recae en los políticos que gobiernan los estados, ya que son los que dirigen y toman las decisiones representando el interés general. La justicia social y los derechos individuales son la muestra más clara del cuidado de la existencia y del respeto a la persona, que deben imperar en toda sociedad estatal.

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