Explicación profesoral

La forma de explicar de los profesores en la impartición de los contenidos de sus materias en la Universidad y en la Enseñanza Media considero que posee varias características comunes, aunque existan también diferencias. Es cierto que en la formación universitaria existen muchos más contenidos que son exigidos a los estudiantes. La cantidad de conocimientos que deben ser aprendidos es muchísimo mayor, en comparación con lo que se enseña en los institutos. Ya que es necesaria una especialización. Y esto lo digo valorando la formación que se imparte en la enseñanza secundaria de un modo positivo.
En relación con el bachillerato lo que se nota, generalmente, es una considerable dificultad, en cierta parte de los estudiantes, para relacionar, adecuadamente, conceptos, ideas y cuestiones. Algo que los profesores intentan, con todos los medios disponibles, resolver a lo largo de los cursos que imparten en sus asignaturas.
Para que se entienda mejor lo que quiero decir, voy a poner un ejemplo, que me parece clarificador. La manera de explicar filosofía del gran filósofo y profesor Immanuel Kant en sus clases en la Universidad es un ejemplo paradigmático de su buen hacer, ampliamente reconocido y admirado por sus coetáneos, y también actualmente. Uno de los amigos y biógrafos de Kant fue Borowski que fue también uno de los primeros alumnos de este gran pensador y párroco de Königsberg. En su libro Relato de la vida y el carácter de Immanuel Kant escribe lo siguiente: «A menudo la gran cantidad de sus conocimientos le conducían a divagaciones del tema principal que eran siempre, muy interesantes. Cuando notaba que se había desviado demasiado, interrumpía rápidamente con un etcétera, etcétera o y así sucesivamente y volvía al tema principal».
Evidentemente, lo principal y obligado es explicar los temas de la programación didáctica, pero esto no significa que el profesor no deba relacionar aspectos de la temática tratada con otras cuestiones relacionadas, y poner ejemplos, etc. El conocimiento no está en compartimentos estancos, puesto que existe un cierto grado de transversalidad en el saber.
Porque lo que se pretende desarrollar en secundaria es el tratamiento y análisis crítico de la información. También es decisivo que los alumnos alcancen el grado de competencia adecuado al nivel en el que están respecto a la expresión escrita y oral. Además, es necesario que los estudiantes de ESO y Bachillerato sepan elaborar pertinentes desarrollos semánticos.
Actualmente, uno de los problemas más frecuentes en la enseñanza es la falta de hábito de estudio y de atención en las clases. A modo de ejemplo expongo lo que dice Borowski respecto a las clases que impartía Kant: «En sus lecciones era necesaria, desde luego, una atención intensa. K. no poseía ciertamente el don de algunos eruditos de saber clarificar, por completo y para todos los conceptos y temas que van apareciendo, de hacerlos también accesibles para los oyentes que se distraen y desatienden, por ejemplo, mediante su repetición con otras expresiones y de obligarles a la comprensión mediante la comunicación entonces establecida. Naturalmente, que había que poner atención a todo».

En la actualidad, los profesores procuran explicar los contenidos, si es necesario de varias maneras o con otros términos, y atienden todas las dudas y preguntas de sus estudiantes. Pero uno de los requisitos esenciales es el interés por aprender, y el ejercicio activo de una atención sostenida en el tiempo. A esto se suma la curiosidad propia de todo sujeto. Estoy convencido de que las clases deben ser sustanciales y ricas en contenido y, si es posible, amenas como las de Kant.

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