Prensa y enseñanza

La lectura de periódicos tanto de papel como digitales es una de las actividades más provechosas que podemos pensar. Porque, entre otras cosas, la lectura de la prensa, ya en la enseñanza secundaria, sirve para el desarrollo de la habilidad lectora, y de la comprensión y aprendizaje de vocabulario.
En realidad, la gran ventaja de los diarios es que son más accesibles y baratos que los libros, y, por tanto, con la disponibilidad de soportes digitales actualmente utilizables para la lectura, por medio de Internet, se facilita el proceso de leer.
Lo que sucede es que para formar ciudadanos críticos y autónomos el esfuerzo de cada adolescente debe ser el mayor posible. Porque un cierto grado de autoaprendizaje es lo mejor para aumentar el nivel de competencia en la expresión escrita y hablada. Y el leer, con atención, material escrito como los periódicos ayuda, notablemente, a escribir y expresarse mejor hablando.
Esto ya es sabido por los docentes, pero aunque se insista en estos aspectos a los estudiantes parece que no suele tener un gran efecto, en orden a cambiar su actitud hacia la lectura. Hoy lo que predomina es, sobre todo, la lectura de mensajes en los móviles. Mensajes que están construidos con una jerga que, generalmente, destroza el lenguaje correcto, y perjudica en el adecuado uso de los términos, y en el respeto a la ortografía.
Y las faltas ortográficas que tan frecuentes son en muchos estudiantes derivan, sobre todo, de no leer periódicos, novelas, ensayo, filosofía, etc, y de no fijarse en las propias palabras y frases. Ya que para escribir y hablar bien es necesario dominar el lenguaje y esto se logra, fundamentalmente, leyendo mucho.
Y es que no existen soluciones mágicas, puesto que la construcción de frases con sentido y coherentes, es una tarea que requiere atención, paciencia y práctica. A escribir se aprende escribiendo. Al leer estamos también reflexionando, y esto potencia mucho la capacidad de análisis de la mente, y la imaginación y memoria del sujeto lector.

Que un considerable porcentaje de alumnos de enseñanza media tengan dificultad para redactar bien es sintomático. Revela que el proceso de lectoescritura debe ser más reforzado. Y esto depende, en parte, de una lectura crítica de la prensa diaria, y de libros por parte de los jóvenes estudiantes.
En las horas lectivas de cada asignatura que suelen ser tres o cuatro a la semana no se dispone de un espacio de tiempo amplio para impartir los contenidos, y a la vez desarrollar, de un modo muy extenso, la habilidad lectora de cada alumno. Es, por tanto, sobre todo una tarea personal.
En consecuencia, estimo que es función de la comunidad educativa de cada centro impulsar la lectura como herramienta básica de aprendizaje. Los textos posibilitan la realización de muy diversos comentarios críticos que aumentan, considerablemente, el dominio del lenguaje, y de la expresión rigurosa y creativa de las ideas.
Frente a la cultura de la imagen y de lo superficial, es positivo revindicar el papel esencial que juegan las palabras escritas que permanecen, para siempre, sea en papel, en Internet o digitalmente.

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