Cuando la idiosincrasia hace naufragar buenas intenciones

Hacia fines del pasado año nuestro pais recibió a cinco familias provenientes de una de las mas conflictivas zonas del mundo.
Según se dijo en su momento, en uno de sus viajes, el canciller Almagro quedó impactado por los efectos que ocasionaba la guerra en la población civil de paises involucrados en un conflicto que lleva ya muchos años, especialmente la población mas vulnerable como los niños y jóvenes y a su regreso le comentó su experiencia al presidente Mujica.
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El pueeblo uruguayo recibió con beneplácito el que Mujica decidiera traer a Uruguay a una cantidad de niños sirios que en un principio se informó serían alrededor de quinientos y que serían alojados en la estancia presidencial de Anchorena hasta su ubicación entre quienes quisieran adoptarlos
Esto se vio como un acto humanitario ejemplar de parte del presidente y en la gente se dieron muestras de aprobación a la iniciativa.
Pero al momento de arribar al pais los refugiados sirios no resultaron ser solo niños sino que fueron cinco familias que habían decidido huir de las atrocidades que vivian en su pais y sorpresivamente arribaron a Uruguay y fueron recibidos por el propio presidente y una gran cantidad de gente que incluso los acompañó hasta su primer morada en los Maristas donde los esperaban muchas personas con pancartas y muestra de bienvenida.

Cuando el acontecimiento dejó de ser noticia, de la situación de los refugiados se habló poco.
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Pero sorpresivamente los sirios volvieron a ser noticia al saberse de una mujer de 45 años, viuda que tuvo que ser internada por intentar suicidarse.
Según se supo, esta madre de ocho hijos, viuda, se la obligó a casarse a los trece años cuando fue vendida a su primo de quien enviudó y conoció entonces al amor de su vida, alguien que seguía en Siria y con quien mantenía contacto telefónicamente.
Pero su familia, opuesta a la relación, comenzó a enviarle fotos donde se muestra la decapitación de su pareja y esto desató la crisis nerviosa.
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Luego de pasar por el Pasteur, ser derivada a Villa Carmen y Colonia Etchepare, la mujer terminó en el Vilardebó donde tuvo un trato especial, se le permitió tener celular, cinturón y espejo, algo vedado a otros pacientes y en cuanto a la alimentación también contó con privilegios al brindársele la alimentación que deseaba y el personal que la atendió, enfermeros, médicos y asistentes sociales contaron siempre con un traductor a pesar de que la mujer entendía español y algo de inglés.
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Una vez dada de alta, la mujer debía ser llevada a su casa acompañada por personal designado por el gobierno quien estaría junto a ella las 24 horas.
Sin embargo, los funcionarios asignados estaban de licencia…..tanto en la oficina de DDHH de Pesidencia como de Cancillería y al pretender derivarse el asunto al MIDES las trabas fueron las mismas.
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En este entorno, los problemas se fueron agudizando al punto de que la convivencia entre las familias se había deteriorado ya que por razones culturales, no se llevan entre si, algo que no se previó en las reuniones previas a su arribo.

Se decidió entonces separar a las familias y derivarlos a distintos puntos como es el caso de una que fue alojada en Juan Lacaze y otra en Parador Tajes.
La lejanía, el idioma, las diferencias culturales hacen que los sirios se muevan en grupos pequeños y son los mas pequeños los que se adaptan mas facilmente a nuestras costumbres se informa en la prensa y se fueron incorporando al colegio de Malvin y aprendieron facilmente a hacerse entender.
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Ahora bien, cuando algun compatriota se va a vivir a otro pais por razones de trabajo, estudio u otra razón, no es común oir que existan problemas para adaptarse a su nuevo hogar a pesar de que el idioma, la alimentación y las costumbres presenten alguna traba, pero después de un período uno se adapta, cosa que parece no ocurrir en este caso.
Sabemos de futbolistas que emigran a remotos lugares, con costumbres distintas a las nuestras y son pocos los casos en que oimos de renuncia a su nueva vida.
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En el caso e los sirios, el gobierno les brindó todo tipo de ayuda, económica, salud, educación, vivienda, telefonía con conexión en su idioma y todo lo necesario para su incorporación a nuestra sociedad.
Pero parece que la mentalidad de estas personas está muy alejada de nuestra idiosincrasia.
Paras ellos parece común que alguien sea decapitado en un lugar público, o que una bomba explote en un barrio y se lo destruya o que existan conflictos de índole personal por causa de sus ancestros y su origen.
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La actitud de nuestro gobierno, en especial del presidente Mujica ha sido ejemplar sin dudas, demostrando por sobre todo solidaridad y ganas de ayudar, pero parece que toda esta actitud está condenada a naufragar en razón de lo difícil que resulta hacer que los deseos del corazón no sean devorados por las sagradas costumbres de estas personas.