Gabo, promotor de «Alternativa» y «La Jornada»

Diez años después de fundar la revista Alternativa en Bogotá, Colombia, Gabriel García Márquez llegó el 29 de febrero de 1984 al Hotel de México a participar en una reunión de periodistas críticos y optimistas, quienes se comprometieron con un nuevo proyecto informativo denominado La Jornada. El autor de la crónica Chile, el golpe y los gringos publicada en el primer número de Alternativa (abril de 1974) conversó con Carlos Payán Velver y Carmen Lira; escuchó con atención el mensaje de Pablo González Casanova y se convirtió durante los siguientes seis meses en un promotor de La Jornada, cuya primera edición circuló el miércoles 19 de septiembre de 1984.
Cinco lectores de El otoño del patriarca se reunieron en Guadalajara un día después, el jueves 20 de septiembre de 1984, para celebrar el surgimiento de La Jornada. Adriana, joven zacatecana, recién egresada de Psicología, apostaba a que en el rotativo dirigido por Carlos Payán Velver se daría una batalla contra la publicidad engañosa y nociva que transmitían los canales de televisión para promover la comida chatarra; Miguel, exiliado colombiano, destacaba el apoyo de García Márquez a varios proyectos de comunicación en nuestra América y compartía sus experiencias como distribuidor y lector de Alternativa en su país; Beatriz, limeña, casada con un pintor jalisciense, deseaba que La Jornada tuviera una buena cobertura de notas internacionales y ofreciera información puntual de las luchas políticas en Perú; Oscar, médico cubano que apoyaba proyectos comunitarios de salud en Nicaragua Sandinista y pasaba unas vacaciones en Tlaquepaque comentó que García Márquez había sido el primer corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina en Nueva York; mientras Cecilia, una historiadora caraqueña de visita por Zapopan, estaba gratamente sorprendida del surgimiento de un diario pluralista y progresista, por lo cual solicitó a sus amigos Adriana y Miguel le enviaran ejemplares de La Jornada, cuando les fuera posible por correo postal hasta Venezuela.
“Alternativa traía cada semana en la portada la frase ‘Atreverse a pensar es empezar a luchar’. En 1974, estudiantes, lectores y políticos de izquierda y progresistas adquirían, leían y difundían dos publicaciones que consideraban imprescindibles: Voz Proletaria, editada por el Partido Comunista Colombiano y Alternativa, dirigida por Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón, hermano de Juan Manuel (ahora presidente de Colombia en 2014) y Orlando Fals Borda, fundador de la Facultad de Sociología en la Universidad Nacional con el sacerdote Camilo Torres Restrepo, quien luego ingresó al insurgente Ejército de Liberación Nacional”, explicó Miguel a sus amigos reunidos en Guadalajara para celebrar el primer número del diario La Jornada.
La llegada a la presidencia colombiana de Julio César Turbay Ayala (1978-1982) significó una etapa trágica donde aumentaron la represión y violación de los derechos humanos. Desapariciones forzadas, ejecuciones y torturas fueron denunciadas por analistas, fotógrafos y reporteros de Alternativa, El Espectador y Voz Proletaria. Atentados con bombas, bloqueos económicos y censuras, fueron algunos de los obstáculos que la extrema derecha, el gobierno militarista y un fuerte grupo de empresarios reaccionarios utilizaron contra Alternativa. Las secciones políticas “Macondo”, escrita por García Márquez y “La Historia Prohibida”, redactada por Orlando Fals Borda, enfurecían al general Luis Carlos Camacho Leyva, ministro de Defensa, acusado unos años después de proteger a dirigentes de escuadrones de la muerte, los embriones del paramilitarismo aliado al narcotráfico. Los lectores lamentaron el cierre definitivo de Alternativa en abril de 1980 y extrañaron los escritos de Antonio Caballero, Daniel Samper Pizano, Eduardo Umaña Luna y Salomón Kalmanovitz.
“Toda la vida he sido periodista”, dijo Gabo al comunicador radiofónico Daríó Arizmendi durante una “Conversación entre colombianos” realizada en 1991. El también autor de El general en su laberinto le dijo al periodista mexicano Ángel Vargas en 2004: “¿Sabe usted que soy fundador de La Jornada, que fue un proyecto que nos costó mucho trabajo?”. En este mes de septiembre, cuando se cumple el 30 aniversario jornalero, se exhibe una muestra fotográfica en las rejas del Bosque de Chapultepec, escenario histórico de la Ciudad de México. La primera imagen de la exposición titulada La Jornada: 30 años, muestra a Carmen Lira Saade con su amigo Gabriel García Márquez observando un ejemplar de prueba el día martes 18 de septiembre de 1984.
Fabrizio León Diez, quien tomó una foto al autor de El amor en los tiempos del cólera durante una visita que realizó el 12 de febrero de 2010 a la sala de redacción de La Jornada, es el responsable de la curaduría y diseño museográfico de la exposición que se abrió el lunes 8 de septiembre y permanecerá hasta el domingo 12 de octubre. Son 120 fotográfías de una muestra excepcional organizada por La Jornada en coordinación con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. La foto que cierra el ciclo muestra al novelista y periodista colombiano y fue publicada el 18 de abril anterior donde se anunció su fallecimiento, ocurrido el jueves 17.

Los lectores de La Jornada en México, Colombia, Perú, Cuba, Venezuela, otras naciones de nuestra América y el mundo, agradecen el esfuerzo de reporteros, fotógrafos, columnistas, caricaturistas, diseñadores, impresores, administradores y encargados de la versión digital por entregar puntualmente ediciones con mucha información, análisis, cartones, gráficas y fotos de colección que ayudan a no perder la memoria. Tres décadas llenas de historias y luchas que han sido presentadas en múltiples ocasiones, de una manera artística, literaria, poética, como le encantaba a Gabo, promotor de Alternativa en Colombia y La Jornada en México .

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