La solución final

 

LA SOLUCION FINAL
Endlösung der Judenfrage o el Shoah Palestino

Miles de muertos y heridos, barrios demolidos, tierras arrasadas, hospitales y escuelas bombardeadas, infraestructura destruida; niños que juegan en la playa son un blanco móvil y peligroso (derribados por un cohete porque ponían el riesgo la seguridad de Israel); bebé rescatada del vientre de su madre ya muerta, viejas y viejos que corren de un lado al otro, sangre, lágrimas, dolor, espanto…Cada niño palestino que sea asesinado, implicará disminuir las posibilidades de que se convierta en un “terrorista” antijudío, a los militantes de Hamás hay que matarlos de chicos…

La escena cotidiana de fuego y muerte, cuasi naturalizada, es seguida como espectáculo de entretenimiento por muchos israelitas, que por cierto brindan y festejan cada uno de los éxitos de guerra de sus fuerzas armadas; ¿guerra? ¿Cuál guerra? ¿Frente a frente dos ejércitos de soldados bien equipados?…no parece ser el caso. De un lado la maquinaria asesina y del otro los que defienden su derecho a la libertad, a la independencia. Parafraseando al tristemente célebre Goebbels, una mentira repetida mil veces se convertirá en verdad. Así, el movimiento Hamas es una y otra vez tildado de organización terrorista (lo repite la CNN a través de su inefable y “objetivo” corresponsal en Tel Aviv, José Levy), lo replican los medios de prensa, los canales de televisión…son todos terroristas asesinos que pretenden destruir la nación judía. Podrá observarse que los daños del lado de Israel son incomparablemente menores, la muerte de tres civiles israelíes es lamentable, pero más lamentable es que Israel haya matado hasta ahora – y solo en esta campaña criminal – 1200 palestinos en Gaza. Se le exige a Hamas que cese sus agresiones (que detenga su continuo ataque con cohetes), que dejen vivir en paz a los inocentes israelíes que viven fronteras adentro: curioso argumento expuesto por quienes invadieron y usurparon, colonizaron y cercaron a los palestinos, se burlaron de todas las resoluciones de la ONU, siguieron colonizando las mejores tierras palestinas, reprimieron y dividieron con el muro de la vergüenza, aplicaron tácticas para sembrar el miedo en el pueblo palestino, cancelando sus derechos. El pueblo palestino se defiende, los agresores debieran poner fin a sus atrocidades y reconocer lo que es evidente y no seguir invocando el derecho de autodefensa y apelar a una retórica vulgar y falaz que pretende hacerlos pasar por víctimas del acoso palestino.

Política de exterminio, genocidio en curso, cuidadosamente planeado desde hace muchas décadas: el sionismo tiene como propósito esencial procurar la solución final a la cuestión palestina. Es la réplica del nazismo en Palestina: expansión colonialista, desconocimiento del derecho internacional, asesinatos en masa, destrucción por odio, usurpación de tierras del pueblo palestino, expulsión y sojuzgamiento, demonización del otro diferente, creencia en la superioridad del pueblo elegido, discriminación étnica, levantamiento de muros divisorios (muchísimos más extensos y fuertes que el otrora Muro de Berlín), aplastamiento del enemigo, asfixia y acorralamiento. Gaza es uno de los campos de concentración más grandes a cielo abierto generados por los judíos del Estado de Israel. Aunque les duela la comparación, y precisamente por ello, la mayoría de los judíos no acepta la verdad descarnada. Apenas unos pocos osan levantar su voz de protesta so pena de ser catalogados de traidores a la causa judía, mientras que a los demás se les descalifica por antisemitas, apelación a estas alturas ridícula y absurda, que no impide borrar la huellas de los horrores que van dejando tras cada campaña criminal en suelo palestino, sea en Gaza o en Cisjordania, sea a través de bombas o de otros medios más disimulados. La etnocracia israelí se presume superior, la debilidad palestina debe ser consecuentemente eliminada o al menos puesta a su servicio; muertos o incorporados a la maquinaria productiva, sea como esclavos o como mano de obra muy barata, los palestinos desde la perspectiva judía no tienen ningún derecho a reclamar.

Y las Naciones Unidas poco o nada, y los Estados Unidos, poco o nada, y la Unión Europea, poco o nada. Y expresan las enormes diferencias de respuesta con aquellas intervenciones apresuradas, urgentes e inmediatas para resolver el “problema” en Afganistán, Irak, Libia, Kosovo, entre otras intervenciones militares de las grandes potencias con anuencia o el silencio de las Naciones Unidas, para restaurar el orden, la paz y la tranquilidad. Es obvio lo que está en juego, la geopolítica manda, los demás acatan.

No importan las advertencias de Chomsky y Hobsbawn, las “predicciones” de Arendt, las críticas de Avnery; son todas irrelevantes; la mayoría de los israelitas votó por el gobierno de derecha, de inspiración nazi fascista (aunque lo peor es que no existen opciones viables de recambio hacia sectores pacifistas), Israel es una “democracia etnocrática”, ejemplar…solo para ellos. Y poco interés tienen sus gobernantes en el diálogo, en el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino…en realidad no creen que exista un pueblo palestino con identidad propia, sino un montón de gente que vive a su alrededor, usurpando ilegítimamente la tierra prometida por Jehová. Y por ello debe encontrarse la solución final, es decir la Endlösung der Judenfrage, pero esta vez aplicada al pueblo palestino, que – al fin y al cabo – debería darse cuenta que su lugar en el mundo no existe…,.al menos en Palestina.

Prof. Christian Adel Mirza

 

 

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