Internas 2014: Punto de inflexión

La elección interna de ayer, la cuarta que se realiza a partir de la reforma de 1997, tuvo como característica principal la baja participación ciudadana en las urnas. Si bien en estos comicios no es obligatorio el sufragio, la mayoría de los analistas han puesto su lupa en este fenómeno que viene en ascenso de años atrás. Sin embargo, hay también otros elementos que vale la pena analizar, todos ellos señalan un punto de inflexión que responde a una nueva forma de cómo los uruguayos estamos percibiendo a la política.

Apuesta a la renovación

El batacazo de la jornada sin lugar a dudas lo dio Luis Lacalle Pou. Este joven hijo de expresidente, que cuando lanzó su candidatura contaba solamente con un 6% de intención de voto ayer superó en un 10% a su rival (Jorge Larrañaga), a quien muchos veían como claro ganador. Lacalle Pou tuvo un crecimiento muy acelerado en los últimos meses, lo que se vislumbró en las últimas encuestas realizadas previas al acto. Ni los analistas, ni los propios militantes del Partido Nacional vaticinaban un triunfo tan amplio como el de ayer.

Este crecimiento se debió en gran medida a la innovadora campaña y la energía mostrada por Lacalle Pou y sus militantes, en su mayoría jóvenes, el sector más difícil de movilizar por estos tiempos y que décadas atrás era la base del electorado frenteamplista.

Otro candidato y sector que marcó el punto de inflexión durante el acto electoral de ayer, es “Compromiso frenteamplista” comandado por el dirigente Raúl Sendic. Se trata de otro grupo con aire renovador y que con mucha fuerza (también con fuerte presencia de jóvenes) irrumpió en la campaña hacia la interna, sacudiendo la interna del Frente Amplio y transformándose en la principal fuerza dentro de la izquierda (ganando incluso en 11 departamentos).

Es para destacar también, la importante votación que recibió la candidatura presidencial de Constanza Moreira, quien sin contar con apoyos de los sectores más fuertes del Frente e incluso con una proyección de su figura mucho menor que la que tenía Astori en aquella interna de 1999, obtuvo un 20% de los votos frenteamplistas.

En definitiva la buena votación de estas dos corrientes renovadoras para sus correspondientes lemas, está señalando que la ciudadanía -o mejor dicho, quienes siguen creyendo en los partidos políticos-, está reclamando un cambio en la forma de gestión de los mismos.

Alta votación en blanco

Preocupante ha sido la baja asistencia de la ciudadanía a las urnas (38%). Más allá de la no obligatoriedad, la tendencia histórica en esta instancia ha sido en decrecimiento[1].

El porcentaje de sufragantes ayer, estuvo en torno al 40% entre los cuales de quienes fueron a hubo un 10% de votos en blanco y/o anulados. Es decir que 1 de cada 10 votantes se expresaron de esta manera en las urnas o dicho de forma, se trata de ciudadanos que optaron voluntariamente para expresar así su disconformidad con los partidos y sus dirigencias (no con el sistema democrático, al cual afortunadamente la mayoría de los uruguayos adhieren).

Campaña hacia octubre: primeras impresiones

Por el lado de Lacalle Pou, sus primeros discursos como candidato único del Partido Nacional, lo muestran abierto con los “ciudadanos blancos y también a los que abrazan diferentes banderas”.

En tiendas coloradas, Bordaberry quien vuelve a consolidarse con preponderancia dentro de su partido, ha prometido diálogo fraterno “hacia adentro” de cara a la elección de quien será su compañero de fórmula y reclamó la realización de debates entre los presidenciables.

En filas frenteamplistas, el discurso de Vázquez ayer, no deja la misma impresión que sus dos rivales en octubre. Sin mencionar en ningún momento a Moreira (su rival en la interna), el flamante expresidente centró su discurso en el agradecimiento de los votantes que apoyaron su candidatura y en comentar las primeras diez medidas a desarrollar, en caso de un tercer gobierno de su partido.

Al fin y al cabo de cara a octubre, vamos a tener una campaña más atractiva que la que tuvimos en la elección nacional 2009. En primer lugar, debido a una competencia inter-partidaria atractiva entre blancos y colorados, que van a presentar candidatos ideológicamente similares. En segunda instancia, porque tendremos debates mayormente polarizados en cuanto al eje “izquierda-derecha”, marcada por la confrontación entre blancos y colorados vs Frente Amplio. Sobre esto, habrá que ver como se desenvuelve la disputa entre Lacalle Pou y Bordaberry (por los votos más de derecha) y ver qué estrategia tendrán ambos candidatos, en busca de los sufragios del electorado de izquierda.

El destino de Larrañaga

No solo en la militancia de su sector y partido causó emoción el discurso que el derrotado Larrañaga realizó en la noche de ayer. El mismo Bordaberry manifestó haberse conmovido con las palabras del líder blanco[2], que si bien no declaró su retiro de la política, dio a entender que se iría a descansar y reflexionar junto a sus hijos “al lado del río negro por un tiempo”.

La realidad es que no hay certezas aún sobre el destino del caudillo, aunque hay rumores de que podría volver a Paysandú para ser una vez más candidato a la Intendencia, a la que accedió con sus jóvenes 32 años y que supo gobernar durante dos periodos consecutivos.

De concretarse esta posibilidad, habría que hablar aquí de un tercer punto de inflexión en la vida política uruguaya, ya que hasta el momento no se conocen casos en los cuales un candidato que ocupó un cargo ejecutivo subnacional y que cuenta con un liderazgo nacional relevante –como el que posee Larrañaga-, haya vuelto a competir por el sillón municipal.

Esta es otra de las interrogantes que se estará conociendo con el paso de los días.

Quedan aún muchas cosas por analizar, pero en este primer round que el largo ciclo electoral uruguayo plantea, no hay dudas de que la ciudadanía está reclamando cambios de rumbo dentro de los partidos políticos y el recambio generacional y/o de gestión de sus dirigentes.

1. En 1999: 53%, 2004: 46%, 2009: 45%.
2. En edición del 2/6/14, página 9.