Inseguridad ciudadana, responsabilidad de todos

En los últimos años la gran preocupación que moviliza a los uruguayos es la inseguridad pública. Pues bien, el gran error de la mayoría de la gente está en creer que la culpa es de algún partido y/o político de turno, lo cual no es más ni menos que hacerles el juego precisamente a los dirigentes políticos. Un juego perverso en el cual mientras la oposición acusa al gobierno y pide la cabeza de sus ministros, desde el gobierno se responsabiliza a la oposición por las políticas neoliberales de los ochenta y noventa como gran raíz del asunto.

Lamentablemente para cumplir con la idiosincrasia que identifica a los uruguayos, la gente en general suele adoptar el mismo -y poco constructivo- mecanismo que los políticos y olvidar la autocrítica como ciudadano parte y responsable de la sociedad en la cual vive. En lo personal, si hablamos de inseguridad ciudadana, no creo que la posibilidad de que un «plancha» me asalte sea lo que me atemorice realmente; sí hay muchas otras cosas que me asustan como ciudadano parte de la sociedad donde vivo y es un miedo que va más allá de sufrir un robo: el miedo sistémico.

Miedo en realidad me genera la paranoia y las reacciones que generan los titulares de diarios y los noticieros de tv en la gente; miedo me da el chofer del bondi que se agarra a las piñas con algún pasajero en pleno recorrido; miedo me da escuchar a la pareja vecina del apartamento donde vivo insultarse y golpearse a cualquier hora del día con total naturalidad; miedo me dan los saludos y las charlas fallutas de “Doña Pocha” en los pasillos, la misma a la que oigo chusmear y criticar a todo el edificio en varias oportunidades; miedo me dan los alcahuetes que por las redes o en persona adulan a los políticos casi sin sentido quizá pensando en algún laburito o quien sabe que. Así podría seguir dando miles de ejemplos que quizás parecen simples hechos cotidianos pero que en realidad hacen al problema central que es la indiferencia.

Y es que las personas por más que seamos individuos, vivimos en sociedad por lo cual perder el sentido colectivo es sin dudas el hecho más grave. No existe la evolución de una sociedad si no se vive y piensa en colectivo. Y aquí creo que está el verdadero concepto de inseguridad del -cual Toffler ya hablaba hace varias décadas- que vivimos en la actualidad y que se acrecienta día a día. No es mi pretensión que todos pensemos igual, solo creo que sería bueno concientizarnos de que somos seres colectivos y por ende debemos ser responsables en primer lugar con nosotros mismos para asumir y llevar a cabo ese papel teniendo en cuenta este mundo vertiginoso en el cual vivimos, más allá de pensamientos y valores que nos hagan distintos entre sí. Estoy humildemente convencido de que ésta es la clave para empezar a solucionar el grave problema en el cual estamos todos sumidos.

Para terminar, comparto con ustedes el siguiente párrafo de «El shock del futuro», clásica obra de Alvin Toffler, quien hace varios años ya, vaticinaba la paranoia colectiva en la cual hoy vivimos: “…a menos de que se tomen inteligentes medidas para combatirlo, millones de seres humanos se sentirán cada vez más desorientados, progresivamente incapaces de actuar de un modo racional dentro de su medio.

La angustia, la neurosis colectiva, la irracionalidad y la desenfrenada violencia ya manifiestas en la vida contemporánea, son simples prefiguraciones de lo que puede depararnos el futuro, a menos de que consigamos comprender y tratar esta enfermedad del shock del futuro”.

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