Tiempos de cambio

Antes era “no al pago de deuda”. Ahora hay que estar al día.

Antes la protección de las soberanías. Ahora el amparo de envío de tropas.

Antes no a la represión. Ahora los megaoperativos barriales.

Antes el rechazo a los capitales piratas. Ahora bienvenido Capitán Garfio.

Antes la defensa de industria nacional. Ahora la promoción para inversionistas extranjeras.

Antes “multinacionales afuera”. Ahora hay que cuidar la gallina de huevos de oro.

Antes eliminar el latifundio. Ahora aplaudir las megas inversiones.

Antes la Reforma agraria. Ahora el país de los agro-negocios.

Antes la lucha contra la oligarquía. Ahora reuniones de amigos en el Conrad.

Antes la oposición a cargos públicos con fines personales. Ahora las disputas por los cargos.

Antes el miedo a los caudillos. Ahora “llamemos al caudillo”.

Antes había un frente amplio. Ahora hay que silbar bajito.

Antes yo era un compañero. Ahora le hago el juego a la derecha.

Cuanta razón tenía Mafalda cuando decía: «Sonamos muchachos, resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo que lo cambia a uno»

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