Carta abierta al Presidente de la República

Hasta cuando Sr. Presidente… Sólo dígame hasta cuando vamos a tener que permitir que nos roben y nos maten sin que el gobierno haga algo

Sr. Presidente,

Me dirijo a usted porque quiero trasmitir el sentir de una buena parte de la población, entre la que me incluyo.

Vivimos en un país en el cual la gente no es dueña de tener nada. Porque los «pobrecitos», aquellos los que hay que «respetarles los derechos humanos» (pero ellos no respetan el derecho de los demás, empezando por el derecho a la vida y la propiedad, los que el gobierno alimenta con nuestro propio dinero, proveniente de los impuestos), apenas uno se va de su casa le roban todo, lo desvalijan, le sacan hasta el bidet. El esfuerzo de años de alguien puede quedar reducido a una puerta hecha pedazos, un vidrio hecho añicos, y que no le dejen ni las lamparitas que colgaban del techo.

La policía hace lo que puede… o lo que los dejan, que no es mucho. Gran parte de ellos son incultos, no saben ni escribir. «Alado» y «Al lado» es lo mismo… No tienen idea de la diferencia. No los instruyen, los sientan ahí a tomar declaraciones que después un compañero va a transcribir… talvez con la misma mala redacción y faltas de ortografía con que el primer compañero escribió la denuncia a mano… Porque en la seccional 19ª la tecnología parece no haber llegado… aunque si hubiese llegado creo que habría sido lo mismo… Pues no parece haber gente capacitada para hacer uso de la misma.

Esto que estoy diciendo no son sólo palabras, ni me lo contaron. Lo acabo de vivir en carne propia. La casa que mis padres construyeron con todo sacrificio, que ahora está alquilada, en ausencia de los que la alquilan fue literalmente saqueada. Hoy detuvieron a dos ladrones que estaban «continuando» la tarea que ellos mismos u otros habían comenzado ayer. Los detuvieron, y los llevaron a la comisaría. Cuanto tiempo estarán detenidos, o presos si los procesan, antes de que salgan de nuevo y vuelvan a hacerse de lo que a otros nos costó tanto conseguir? Seguramente menos del que merecen.

La inseguridad va de mal en peor, y nadie hace nada. La consigna es «dejenlos hacer lo que quieran», «no los ataquen», «no se defiendan»,  falta que digan «protéjanlos, pobrecitos»… Ni que hablar si se trata de menores de edad. Hay que cuidarlos, protegerlos, que nadie los toque. Acaso no saben, aunque sean menores, lo que es correcto y lo que no? Acaso no saben que apoderarse de los bienes ajenos se llama ROBAR. que quitarle la vida a una persona es ASESINAR y que ambas cosas NO DEBEN HACERSE Y ESTAN PENADAS POR LA LEY? Mi hijo que hoy tiene 13 años, sabe desde que tenía 6 años, que robar y asesinar son delitos penados por la ley, y que nadie tiene el derecho de apoderarse de lo ajeno. Entonces, por qué hay que proteger a los menores de que cumplan las penalidades correspondientes? Por qué hay que impedir que la policía cumpla su labor de proteger a la ciudadanía de sus desmanes? Por qué debemos permitir que hagan y deshagan a su voluntad, que roben y maten? Por qué las leyes, hagan lo que hagan los protegen? Y a nosotros, al común de la población, QUIEN NOS PROTEGE???

Según la Constitución de la República:

Artículo 7º.- Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecen por razones de interés general.

Dígame señor Presidente, donde queda nuestro derecho a ser protegidos en el goce de nuestra vida, si los asesinos y delincuentes que andan por la calle nos quitan hasta el derecho de respirar? Donde queda nuestro derecho a la seguridad, si estamos inseguros hasta dentro de nuestras casas? Donde queda el derecho a la propiedad, si cualquier ladrón o drogadicto pastabásico se apropia de lo que a nosotros nos costó trabajo y en muchos casos hasta prohibirnos de comer para poder comprarlo? Estos «seres» (porque no puedo llamarlos personas, menos «humanos»), sin respeto por los demás ni por sí mismos, que no saben de sacrificio ni de privaciones, que no saben lo que cuesta conseguir las cosas con el esfuerzo y el trabajo, se apoderan impunemente de los bienes ajenos. Y nadie hace nada.

Según la Constitución de la República:

Artículo 11.- El hogar es un sagrado inviolable. De noche nadie podrá entrar en él sin consentimiento de su jefe, y de día, sólo de orden expresa de Juez competente, por escrito y en los casos determinados por la ley.

«Inviolable»… Pero estos seres violan hogares todo el tiempo. Violan la ley, violan el derecho a la propiedad, violan el derecho que tenemos de tener una casa, no respetan, se mofan de los derechos que el resto de los ciudadanos tenemos, de quienes trabajamos para ganar nuestro sustento y cumplimos con la ley.

Me podrán decir que estos seres no tuvieron oportunidades… Hay mucha gente que no tuvo oportunidad de estudiar, de tener una casa con comodidades básicas. Y sin embargo no salieron a robar. Trabajaron, se sacrificaron, para poder salir adelante y dar a sus hijos las oportunidades que ellos no tuvieron. Mis padres fueron un ejemplo de ello. Provenientes de familias muy pobres, trabajaron, se esforzaron para que yo tuviese las oportunidades laborales que ellos no habían tenido. Hasta en los momentos en que estuvieron en peor situación económica, JAMAS se les hubiera ocurrido salir a robar, ni siquiera para llevar un plato de comida a la mesa.

Mi mamá murió el año pasado. Ella vivía en esa casa que hoy está alquilada, y que como mencionaba al comienzo de esta carta, fue saqueada literalmente. En la casa habitan obreros de la empresa constructora que está a cargo de la construcción de viviendas en el asentamiento «6 de Diciembre». Al no trabajar durante Semana Santa, los obreros no estaban en la vivienda. Y cuando regresen, se encontrarán con la desagradable sorpresa de que el lugar donde habitan, ese lugar que según la Constitución es un «sagrado inviolable», fue violado una vez más.  Porque no es la primera vez que esto ocurre. No es la primera vez que ingresan a robarlos. Pero esta vez fueron demasiado lejos.

Yo me pregunto, si mi mamá estuviese viva y hubiese seguido viviendo ahí, que podría haber llegado a pasar? Porque estos seres no respetan nada ni a nadie… Violan la propiedad, ingresan aunque haya gente adentro, roban, agreden, mutilan, matan… y siguen como si tal cosa por la vida.

Estamos cansados. Más que cansados, estamos hartos. Hartos de la inseguridad, hartos de la impunidad con la que proceden estos seres, hartos de no poder salir de nuestros hogares porque no sabemos lo que vamos a encontrar al regreso. Estamos hartos de que no se escuche nuestra voz reclamando por lo que es nuestro derecho legítimo y constitucional de ser protegidos de los vándalos que nos atacan todos los días.

Hasta cuando vamos a tener que soportar esto? Hasta cuando vamos a vivir en la inseguridad que vivimos? Hasta cuando vamos a tener que dejar que nos roben a cambio de conservar la vida? HASTA CUANDO SEÑOR PRESIDENTE?  Que Dios nos proteja, porque a estas alturas, es el único que puede hacerlo.

Ojalá usted y su gobierno logren encontrar una respuesta para quienes habitamos en este país, para los habitantes honestos que tratamos de hacer de éste, nuestro querido Uruguay, un país mejor.

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