Más de 16.500 alumnos vivieron la experiencia de “Campamentos educativos” de ANEP en 2018

El coordinador de Campamentos Educativos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Rafael Rodríguez, realizó una evaluación “positiva» de los “Campamentos educativos” al cumplir una década de existencia.

En entrevista con LARED21, el jerarca destacó que en diez años se realizaron 3.139 campamentos con grupos de ANEP, y 43 campamentos de docentes, de los cuales participaron 231.749 acampantes (estudiantes y docentes). Para el 2019 se proyectan realizar unos 215 campamentos.

-¿Cómo ha sido la evolución de los “Campamentos educativos» de ANEP en esta década?

-“Campamentos educativos» comenzó como propuesta, como formato pedagógico, en el año 2009.

Era una iniciativa orientada hacia la educación rural, intentando cumplir con los objetivos, que aún se mantienen, de romper con lo cotidiano y buscar escenarios educativos en contacto con la naturaleza y nos ofrezcan oportunidades distintas a las de la cotidianidad y del centro educativo.

El primer año que se realizó la propuesta, unos 10.000 acampantes de educación rural de nivel primario se encontraron con la oportunidad de pasar tres días y dos noches de campamento, con el objetivo de conocer una realidad distinta.

También se incorporó la posibilidad de que en el campamento pudieran encontrarse grupos provenientes de distintos puntos del país, para generar encuentros de identidades.

-Es decir que se ha pasado de la propuesta del “viaje hacia el mar”, del interior a la costa, a la posibilidad de que los estudiantes de la capital puedan viajar al interior.

-En aquella primera experiencia, que fue un plan piloto, se buscó ofrecer a quienes tenían menos acceso la posibilidad de realizar ese “viaje hacia el mar”.

Luego, a través de las transformaciones que se observaron en los acampantes, se transformaron en una experiencia destinada a gurises de la educación rural a nivel nacional a involucrar a centros educativos de contexto urbano.

En los años siguientes, los campamentos pasaron a ser una política educativa que se incorporó a la Dirección de Integración Educativa, e involucra a otras políticas educativas que recogen todo lo que valía la pena de los años anteriores.

La experiencia de convivencia extendida durante tres días y dos noches no solamente transforma las realidades de los menores, sino también la de los adultos referentes que acompañan.

Todo ello apoyado en una metodología de trabajo atravesada por el fenómeno lúdico y actividades recreativas, donde el efecto transformador está centrado en el fortalecimiento de los vínculos y que es capaz de modificar procesos de desinterés, abandono y desvinculación del sistema educativo.

Desde aquel “viaje hacia el mar” se pasó a la ampliación del tiempo escolar pedagógico, que procura contribuir a la protección y continuidad de las trayectorias educativas de los estudiantes.

-¿Cuántos alumnos han participado en la reciente edición de campamentos educativos?

-En 2018 han participado 19.105 acampantes, unos 16.595 alumnos y 2.218 docentes.

Además de la infraestructura de cabañas y distintos escenarios naturales, donde se realizan campamentos, están los equipos especializados con el trabajo, articulando con el centro educativo intereses de orden pedagógico.

¿Para lograr un campamento se requiere coordinación con otros organismos?

-Se trata de una innovación en el sistema educativo. Desde el año 2009 se trabaja en el marco de licitaciones públicas, donde ANEP, a partir de definir una serie de ítems, llama a interesados a postularse para brindar el servicio de los campamentos.

Entre ese mundo de lo público y lo privado hay un espacio de articulación que nos acerca mucho y nos hace confluir en un interés compartido.

Todos los equipos que se encuentran dentro de la propuesta están integrados por docentes, y técnicos profesionales de la educación.

Desde ese lugar, el trabajo que desarrollamos con quienes reciben a los grupos de campamentos es muy amplio, en el sentido de que no solamente queremos que brinden ese servicio, sino que sientan también como políticas educativas propias, las orientaciones y líneas de trabajo que desarrollamos.

-¿Qué evaluación puede realizar?

-La evaluación es positiva, porque tanto los docentes como los estudiantes cada vez piden más campamentos.

Además, cuando realizábamos un llamado a licitación, antes trabajábamos con un par de localizaciones, mientras que en la actualidad son cinco o seis veces más de las que se presentaban en aquel momento. Eso es un indicador del éxito que ha tenido esta propuesta, pensando en los efectos pedagógicos y la transformación.

-¿En qué época del año se realizan los campamentos?

-Se realizan durante todo el año, en el marco de distintas propuestas.

Por ejemplo, durante enero y febrero, desde hace varios años, venimos articulando con el Consejo de Educación Inicial y Primaria en el marco de la propuesta “Verano Educativo”. Creemos que es una riqueza que esto permanezca.

-¿Quienes participan de verano educativo?

-No solo escolares. La convocatoria es la comunidad y participan niños y niñas en edad de educación Primaria, pero también en edad de tránsito y de educación media.

-¿Qué espera para este año?

-Queremos que esto sea un camino sin retorno, que la oportunidad de los campamentos sea un objetivo que procure universalizar la experiencia a cada uno de los niños, adolescentes y jóvenes del sistema educativo y también en el mundo adulto de docentes, como un espacio de capacitación y enriquecimiento personal. Tenemos el deseo de que continúe.