Laura Motta: «El lenguaje debe acompañar los cambios culturales»

El lenguaje debe ser inclusivo y se debe transformar en función de los cambios sociales. Así lo aseguró la consejera del Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ante la consulta de cuál era su posición respecto a las nuevas propuestas de lenguaje inclusivo en el sentido de la igualdad de género y, además, en aquellas personas hipoacúsicas (sordos).

«La comunidad de personas sordas ha sido reconocida hasta por una ley que su lenguaje, el de señas, es también oficial del país. Es un avance importante al reconocer que una comunidad tiene una lengua específica y, en el conjunto de la sociedad, ese lenguaje debe ser tenido en cuenta», aseguró Motta.

Sobre la integración de personas sordas en el sistema educativo recalcó que hay escuelas y liceos que tienen mecanismos para que estos accedan en iguales condiciones que los demás educandos a la enseñanza.

«El derecho a la educación es un derecho para todos y tenemos que resolver cada caso en particular. Cuando un avanza en derechos también se generan nuevos desafíos para resolver las situaciones que se presentan», añadió.

Lenguaje e igualdad de género

Motta Migliaro también habló de la discusión que está sobre la mesa en distintos países de habla hispana sobre la modificación del uso del lenguaje en función a volverlo más incluyente con las mujeres.

«Las lenguas están vivas. ¿Hacia dónde van? Nunca podemos determinarlas de antemano. Muchas de las palabras que hoy usamos no se utilizaban hace 50 años, y muchas de las que en aquel entonces se usaban ya no se usan (…) Hay que tener acciones afirmativas para hacer visibles comunidades y grupos humanos pueden llevar a la distorsión de las palabras», aseguró.

«El lenguaje tiene que acompañar siempre los cambios culturales, y eso pasa naturalmente; es lo que la gente hace al utilizar el lenguaje», agregó.

«Creo que hay todo un campo de debate al respecto, pero lo que sí es cierto es que las acciones afirmativas para el reconocimiento de comunidades como las mujeres, por ejemplo, son importantes y el debate en sí ya pone esta cuestión en relevancia», concluyó.