TIENE LA PALABRA. TELÉFONO

Mil terroristas por un judío

Señor Director de LA REPÚBLICA

Dr. Federico Fasano Mertens

Décadas han pasado y siempre el mismo resultado, lógico, quien quiera un resultado diferente, tiene que hacer cosas diferentes. Leo con atención a los analistas judíos de LA REPÚBLICA, creí encontrar a uno diferente, el Sr. Mauricio Zieleniec me confirma en su artículo del lunes 17/10, que no lo es.

Dice este señor: «La vida en la tradición hebrea es tan importante que se cambia 1.000 terroristas por un judío», continúa «esto forma parte de la ética en la tradición del pueblo de Israel». Pero en la historia ya hubo canjes desiguales (nunca se habló de ética) que se hacen cuando el poderoso quiere o le conviene, es que la ética, es cuestión de números en la tradición judía (la cábala) o es que, como el canje lo hacen esta vez ellos, pretenden darnos un ejemplo ético, porque ellos son diferentes, están sobre la tierra para salvar a la humanidad, pues son el pueblo elegido de Dios.

Tanta soberbia es de difícil comprensión. Por otro lado, afirma que el 60% de los liberados vuelven a luchar contra Israel, y al soldado, lo jubilan o lo entrenan mejor para mantener la ocupación, esa por la cual mueren 1.000 palestinos por cada israelí.

Hace muchas décadas que el Estado de Israel se defiende de un pueblo indefenso, basta ver las fuerzas en pugna. La importancia de la vida en la tradición judía llega hasta el momento en que a un palestino muerto lo llaman terrorista (los terroristas no tienen derecho a la vida).

En la dictadura (vernácula) los mataban y desaparecían, los llamaban terroristas, comunistas, tupamaros. Hitler también los llamó con desprecio de otra manera, todo radica en deshumanizar, ponerle otro nombre al enemigo para destruirlo. ¿Esto forma parte de la tradición del pueblo judío? Además, estoy en un todo de acuerdo con el resto del análisis, sobre el manejo político interno, sobre la opinión que tiene del Sr. Netanyahu y la crisis económica del Estado de Israel. No sería mejor ubicar todo eso fuera de buenos y malos, éticos y no éticos, principios y tradiciones religiosas antiguas o menos antiguas.

En fin, definir de una buena vez al pueblo judío como lo que es, un pueblo más en el concierto de pueblos de la humanidad y no algo diferente. Siempre escucho la oración de mi amigo judío: «Yavé, por favor elige a otro pueblo, aunque más no sea por un par de añitos, amén».

GASTÓN  – C.I.: 973.097-7

 

A 125 años del nacimiento de Delmira Agustini

Señor Director de LA REPÚBLICA

Dr. Federico Fasano Mertens

Delmira Agustini (24/10/1886 ­ 06/7/1914) fue una de la mayores poetisas uruguayas y porqué no, de las de habla hispana, cumpliría ahora 125 años.

En un Montevideo finisecular, conservador, que aun cuando luego cambió de siglo, no lo hizo en las costumbres de su sociedad que siguió siendo tan pacata y religiosa como antes, Delmira Agustini asombró a propios y extraños con su poesía de tanto erotismo que dejaba atrás a los poetas varones, que quizás no se atrevían a publicar sentimientos tan hondos y emociones tan sensuales como ella lo hizo.

Se retrataba a sí misma como:

«Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones». (Los Cálices Vacíos)

Se atrevía a cantar loas a su amado, atrevidas para su tiempo:

¡Oh, tú! […] Que me lograste llamas en el mármol del cuerpo…»

Y más atrevidas quizás para un pueblo religioso:

«Tú que en mí todo puedes, / En mí debes ser Dios»

Sus oraciones no eran al dios cristiano, si no a Eros:

«Piedad para las manos enguantadas /De hielo, que no arrancan / Los frutos deleitosos de la Carne».

Su trágico fin, luego de un matrimonio que duró tan solo veintiún días, su divorcio y su asesinato a manos de su ex esposo, los anunció mucho antes, como si los esperara… con calma:

«La corté como un lirio y sigo mi camino / Con la frialdad magnífica de la Muerte… Con calma».

Nadie pudo jamás explicar esa extraña relación, de tantos años de noviazgo y tan poco de matrimonio, y menos aún las citas sexuales con su ex esposo que finalizaron tan trágicamente una fría tarde de julio de 1914.

Seguramente ella esperaba otra cosa esa tarde:

«Y esperaba suspensa el aletazo / Del abrazo magnífico… Pero se debe haber sorprendido…

«… cuando, / Te abrí los ojos como un alma, y vi / Que te hacías atrás y te envolvías / En yo no sé qué pliegue inmenso de la sombra…»

Rubén Darío, el príncipe de las letras castellanas, al prologar su libro «Los Cálices Vacíos», expresa su admiración por Delmira:

PÓRTICO

«De todas cuantas mujeres hoy escriben en verso ninguna ha impresionado mi ánimo como Delmira Agustini, por su alma sin velos y su corazón de flor. A veces rosa por lo sonrosado, a veces lirio por lo blanco.

Y es la primera vez en que en lengua castellana aparece un alma femenina en el orgullo de la verdad de su inocencia y de su amor, a no ser Santa Teresa en su exaltación divina. Si esta niña bella continúa en la lírica revelación de su espíritu como hasta ahora, va a asombrar a nuestro mundo de lengua española. Sinceridad, encanto y fantasía, he allí las cualidades de esta deliciosa musa.

Cambiando la frase de Shakespeare, podría decirse «that is a woman», pues por ser mujer, dice cosas exquisitas que nunca se han dicho. Sean con ella la gloria, el amor y la felicidad».

Rubén Darío ­ Prólogo en el libro Los Cálices Vacíos, el tercer y último libro publicado en vida de Delmira Agustini.

Y su editor, Maximino García, en el libro «El Rosario de Eros», el primero de dos que editó póstumamente, escribió:

RUMBOS

«Delmira Agustini no ha muerto. Vive en sus hondas poesías inmarcesibles, que es tanto como vivir en el corazón de los admiradores, y vive en aquella casa de donde fue sacado su cuerpo, ya va para diez años, pero donde quedó prendida su alma. Es allí donde nosotros la acabamos de encontrar…»

Yo también.

Saludo a Ud. muy atentamente.

HERNÁN ZUNÍN – C.I. 3.342.621-5

 

S.O.S. a la IM y a la señora Ana Olivera

Señor Director de LA REPÚBLICA

Dr. Federico Fasano Mertens

Como vocero circunstancial de los miles de vecinos que transitamos casi diariamente por la Avda. Joaquín Suárez, quiero hacer llegar a la Intendencia de Montevideo nuestra sensible preocupación por el deterioro de tan importante avenida.

Con lo que pagamos de patente los usuarios de las vías de tránsito de Montevideo, creemos tener derecho a reclamar por el buen estado de las mismas y no dejar que el deterioro las vuelva intransitables, como la citada Avda. Joaquín Suárez, que es además una de las vías de acceso a la Residencia Presidencial donde casi todos los lunes se reúne el señor Presidente con su Gabinete Ministerial.

Sé que hay muchas otras vías de tránsito que necesitan reparación, pero basta con recorrer la Avda. Joaquín Suárez, para sentar prioridades.

Saluda a Ud. atte.

PROF. MANUEL  SILVA AGUILAR  – C.I. 1.121.640-8

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