La cuenca del Plata y el medio ambiente

El medio ambiente no tiene fronteras, pero, realmente no se tiene en cuenta y no precisamente en el Plata. Internacionalmente se realizan en el mundo los llamados «Protocolos», que por lo general los países que más contaminan, terminan ni firmando ni cumpliendo. Están las situaciones políticas de los dos países, y se suman los problemas de los ríos internacionales. De esa forma nos encontramos con la «Cuenca del Plata», formada por el río Paraná, y el río Uruguay; estos a su vez, traen aguas de sus afluentes, sus nacientes vienen desde el Brasil, del Paraguay, de la Argentina, del Uruguay y hasta de Bolivia, «La Cuenca del Plata», se puede considerar una de las zonas más ricas del mundo; sin embargo, salvo hechos aislados, no se han realizado estudios y acuerdos entre los gobiernos de los cuatro países interesados.

El Uruguay es un río que pertenece a tres países: nace en el Brasil en la sierra «Do mar» en las cercanías del Océano Atlántico, y es una cintura que rodea una enorme cuenca de los estados del sur, sus afluentes vienen enriqueciendo su caudal. Corre como límite entre Río Grande do Sur y Santa Catarina hasta la desembocadura del Pepirí Guazú, desde ese lugar y hasta el río Cuareim, es frontera entre Brasil y Argentina, desde ahí hasta «la Pirámide de Solís», es límite entre Uruguay y Argentina, es donde «el ancho río como mar», el Plata, recibe en sus brazos el agua que viene del norte.

El río Paraná nace y corre desde el centro de Brasil, y en los «Saltos del Guairá», es límite entre Paraguay y Brasil hasta el río Iguazú; desde ese lugar hasta la desembocadura del río Paraguay, es frontera entre Argentina y Paraguay, y desde esa confluencia corre en territorio argentino recibiendo entre otros al río Salado, hasta la formación del delta que desagua parte en el río Uruguay frente a Nueva Palmira, pero su mayor caudal lo deposita en el Río de la Plata.

Desde el Brasil tanto el Paraná como el Uruguay traen arrastres formados por toda clase de residuos causados no solo por esos ríos, también tenemos que sumarle el río Paraguay y sus afluentes, como el Pilcomayo que es frontera entre Paraguay y Argentina y nace en Bolivia, y el río Bermejo que nace y corre en territorio argentino.

El río Paraguay nace en el Brasil, es frontera en la zona del «Gran Pantanal» con Bolivia, entrando en la República del Paraguay en puerto Caballo, donde pasa a ser frontera con Brasil hasta el río Apa, hasta la ciudad de Asunción, donde es frontera con Argentina hasta su desembocadura en el Paraná. Todos los arrastres erosivos y contaminantes, vienen de fábricas, puertos, industrias de todos esos grandes ríos y afluentes que forman «La Cuenca del Plata». A todo esto debemos agregar los efectos que causa la rotación de la tierra; de ahí sale el porqué de los barros de la costa Argentina y las esplendorosas arenas y playas de la costa Oriental, pues del otro lado del río no existe la firmeza necesaria en los terrenos: la costa Argentina es como una sombra anegada, y la costa oriental del Uruguay es la creación de la naturaleza, cerros y colinas tal cual un anfiteatro adornan sus márgenes de bosques y florestas.

El gran perjuicio ambiental es la situación de la ciudad de Buenos Aires y su puerto. Un informe de un Consorcio para el desarrollo sostenible de la eco región sobre el Río de la Plata, indica que hay 4000 toneladas diarias de materia fecal sin tratamiento, contaminación por cobre, zinc, plomo, mercurios, manganeso, níquel, arsénico, hidrocarburos, pesticidas, herbicidas, plaguicidas etc. Y es imposible calcular los millones de litros de agua subterránea de las napas contaminadas que surcan la ciudad, se le suma el puerto con su arroyo «Riachuelo», verdaderamente cloaca contaminante. Si analizamos todos los inconvenientes, a que Brasil contamina las nacientes de los ríos y sus afluentes, pero a su vez los argentinos han seguido contaminando el río Paraná y sus afluentes, y muy cerca de Buenos Aires, en San Pedro, está la planta de «Papel Prensa», de donde el diario Clarín y otros se alimentan del papel, y Greenpeace no dice nada. Claro, acá entran los intereses económicos y caben dos hipótesis: Greenpeace y los ambientalistas o alguna figurita política de Entre Ríos, ¿no estarán financiados por Papel Prensa? Esa planta fue construida con el visto bueno de la dictadura en la Argentina, sin ningún control de especie alguna; no se dice nada de las obsoletas plantas de celulosa del Alto Paraná, donde los paraguayos demandan por la contaminación, pues nadie les preguntó nada y las ciudades de Encarnación y de Posadas, capital de la Prov. de Misiones, y el lago de la represa de Yacyretá, reciben todas las contaminaciones de las plantas construidas con los capitales de los fondos jubilatorios chilenos con el impulso del ex presidente Menem.

Los gobiernos deben encarar con urgencia la integración de sus ríos. Se tienen que convencer los argentinos de que el nuevo gobierno uruguayo llegó para tomar las cosas con responsabilidad, de esa forma se aceptarán y se controlarán las plantas de celulosa, y la industria papelera al máximo, con un «Plan de seguimiento» de las obras y su funcionamiento en «serio», pero también va a exigir en el Mercosur o en La Haya o en donde sea, que se controle toda «La cuenca del Plata».

El Uruguay es un país soberano y de derecho, por eso se defienden los derechos de los ciudadanos. *

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