El PBI continúa cayendo y se contraería entre 10% y 11% este año

Informe del Banco Central señala que la recesión se profundizará

En el informe se indica que «el feriado bancario, la suspensión de cuatro bancos privados y el congelamiento de los depósitos a plazo fijo del BROU-BHU han generado problemas en al cadena de pagos y en el desarrollo normal de las actividades del sector real. Las restricciones del crédito, las altas tasas de interés y el deterioro de las hojas de balance del sector privado, probablemente ejercerán fuertes presiones a la baja en el nivel de actividad económica durante el segundo semestre de este año».

Para el gobierno el PBI caerá este año entre 10% y 11% y los técnicos del BCU indican que en el último trimestre del año, «la economía uruguaya debería dejar de caer, luego de sortear la crisis financiera que se desencadenó en el tercer trimestre.

Para el próximo año se espera un crecimiento gradual en términos desestacionalizados.

Esto después que durante el segundo trimestre (abril-junio) el PBI caerá 5,6% luego de una baja situada en 10% en el primer trimestre.

En el segundo trimestre el nivel de actividad cayó 5,6% en la industria manufacturera, 11% en la construcción, 16,9% en el comercio, restaurantes y hoteles, 5% en transporte, almacenamiento y comunicaciones y 6,7% en el ítem otros.

Por otra parte creció en el sector de la agricultura, ganadería y pesca 15%, impulsado por las exportaciones de carne, mientras subió un modesto 1,3% en «electricidad, gas y agua».

Las bajas en el nivel de actividad estuvieron determinadas por la crisis regional, la devaluación de la moneda (sucedió el 20 de junio), la caída del poder adquisitivo de los consumidores y las fuertes restricciones del crédito.

La devaluación

La devaluación provocó un fuerte debilitamiento de la moneda nacional.

Los precios al consumo aumentaron 19% en el período enero-agosto, en tanto el dólar subió 89%.

Es significativo (ver infografía) cómo los precios mayoristas han estado aumentando más rápidamente que los preciso minoristas. Esto lleva a pensar que la inflación seguirá aumentando para los bienes con precios transables.

La devaluación tuvo, según señala el informe, un aspecto positivo para el sector exportador, pero debilitó la economía de las empresas que tenían sus pasivos en dólares.

La fuerte caída de los precios al consumo en Uruguay medidos en dólares (37% desde diciembre de 2001, 26% desde fines de junio), contribuyó a mejorar al competitividad de las empresas uruguayas en los mercados internacionales y a diversificar la base de bienes exportables del país.

Se agrega que «sin embargo, el fuerte ajuste del tipo de cambio en una economía altamente dolarizada impactó negativamente sobre las empresas y las familias endeudadas en dólares, cuyos ingresos estaban asociados a la moneda nacional.

La devaluación también impactó en el sistema financiero, a través del aumento del indicador de morosidad de la cartera de activos.

El balance del sector público también se vio afectado negativamente por la depreciación del tipo de cambio real, dado que virtualmente toda la deuda pública se encuentra denominada en moneda extranjera».

Ingresos

Los ingresos del sector pública cayeron 5,6% en términos reales durante el primer semestre. Esto fue a causa de la disminución de la recaudación de impuestos por parte de la DGI (- 7,3%). Los ingresos que más cayeron fueron el IVA, Imesi e IRIC.

Los aportes al BPS bajaron 12,3%, debido no sólo a una menor actividad y por lo tanto menores aportes, sino también por la rebaja de aportes patronales votada por el Parlamento en 2001.

Exportaciones

Las exportaciones se redujeron 21% en dólares durante el primer semestre. Una de las causas fue la falta de crédito para que las empresas pudieran ponerse a trabajar con vistas a las ventas al exterior.

La balanza comercial (diferencia de importaciones y exportaciones) mejoró como consecuencia del comportamiento a la baja de las importaciones.

Esto se explica por la caída de ingresos de las familias, el bajo nivel de actividad industrial, las dificultades para el financiamiento de las operaciones comerciales y el aumento de precios de los bienes importados, lo cual fue calificado como «una dramática» caída en el total de las importaciones que bajaron 27,6% en el primer semestre.*

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