El Grupo Pharaon, propietario del Madison Resort, dice toda su verdad a LA REPUBLICA

Invirtieron U$S 25 millones en Carmelo y no quieren el puente

Cuestionado por la construcción del hotel Hyatt en la vecina orilla, el grupo Pharaon está en la mira de la jueza María Romilda Servini de Cubría por una causa de lavado de dinero que en Argentina la ley relaciona directamente con el narcotráfico. Por esa causa, en la que incluso estuvo declarando el ex secretario de la Presidencia Alberto Kohan, también debieron ir a declarar Laith Pharaon y Eduardo Pacha Cantón, dos de los inversionistas más importantes que desembarcaron en el departamento de Colonia a través del country El Faro y el nuevo hotel Madison Resort & Spa.

El Madison Group, que tiene un emprendimiento similar en el departamento de Maldonado, está integrado entre otros por Laith Pharaon, hijo del mundialmente cuestionado empresario por sus vínculos con el BCCI, y Eduardo Pacha Cantón, gestor del primer country privado de Colonia.

Ambos son la cara visible de un grupo inversor en el que participan capitales argentinos unidos por intereses comunes en la compra de terrenos sobre la costa para concretar aquí, así dicen, multimillonarias inversiones.

En esta entrevista, el vicepresidente del Madison Resort, Cees Houweling, y la directora de Marketing, Karina Vilanova, responsables del Madison Resort & Spa, como se llama ahora el ex Hyatt, ofrecen una particular visión de lo que piensan quienes concretaron la mayor inversión de dinero en un emprendimiento en la zona, a la que califican como «única», «exótica» y por cuyas cualidades se oponen a la construcción del puente Colonia-Buenos Aires.

–¿Cómo es el proceso por el cual el hotel comienza siendo Hyatt para terminar llamándose Madison?

–La confusión viene porque el hotel es propiedad del grupo Pharaon, que son propietarios del Hyatt en Chile y Buenos Aires, los dos únicos hoteles en Latinoamérica de la cadena Hyatt.

En esta ocasión los propietarios del Hyatt Buenos Aires y Chile decidieron formar una compañía propia que maneje el hotel de Carmelo y se crea el nombre Madison.

Es una nueva cadena de la cual el de Carmelo es el primer hotel. La idea es que cada dos o tres años el grupo construya un nuevo hotel de este nivel en cualquier parte del mundo.

–Pero había un cartel que decía Hyatt.

–Sí, incluso nosotros dos somos ex Hyatt. Yo era director general del Hyatt en Buenos Aires y Karina manejaba el Hyatt Chicago. Salimos de ahí para formar la nueva compañía.

–¿Qué tienen que ver los Pharaon con el Grupo Madison?

–Son los dueños ciento por ciento del hotel, del golf y todo lo relacionado con el emprendimiento inmobiliario.

Expectativas

–¿Qué expectativas tienen con esta obra?

–Son muy buenas. Ya se invirtieron más de 25 millones de dólares en el hotel, que es la primera fase del proyecto. Ahora se comienza con el emprendimiento de bienes raíces en el golf, que tendrá una casa club de 800 metros cuadrados y que comienza a construirse en dos o tres semanas, además de la Sala de Convenciones, enfocada a las reuniones de grupos empresarios de Buenos Aires.

Ya estamos charteando un avión de 19 plazas que va los viernes en la tarde y vuelve los domingos en la noche

–Cuando ustedes hablan de terrenos, ¿incluyen los que posee Cantón en El Faro?

–Sí, 277 son los de El Faro, más el loteo en la misma zona del golf entre 2.500 y 5.000 metros cuadrados. Van a construir su casa allí alrededor de 500 familias.

–¿Por qué pese a que se inauguró en diciembre no hay gente en el hotel?

–Porque en dos o tres meses es muy difícil poner un hotel que no es más Hyatt sino Madison. Imponer ese nombre en el planeta lleva tiempo.

De cualquier forma un hotel que se abre necesita normalmente de dos años para imponerse. Calculamos una ocupación del 40 por ciento en el primer año.

–El Hyatt de Buenos Aires está en la mira de la Justicia argentina por una investigación sobre lavado de dinero. ¿Qué sabe de esto?

–Yo no sé tanto. Hay mucho periodismo y artículos que salen sobre esto. No es de mi preocupación, es algo que está relacionado con la época en que se construyó el hotel, por 1992.

El hotel está funcionando como un hotel común y corriente y no creo que lo que salió en aquel tiempo en los periódicos de Buenos Aires influya hoy y creo que fueron artículos muy inflados de la prensa.

Si en 8 años no se ha podido comprobar que hay una cierta verdad en eso, no sé…

–No me refiero a la cadena Hyatt sino concretamente a Pharaon, que incluso está cuestionado por la Justicia en los Estados Unidos.

–Obviamente una cadena seria como el Hyatt, que tiene 79 hoteles en el mundo y 140 en los Estados Unidos, no se va a arriesgar en meterse en un problema como éstos y a dañar su imagen si hubiera algún problema.

Por eso digo que si después de 8 años no se ha comprobado nada, para mí es un chiste, en serio. Para mí no existe nada.

–Volvamos al hotel? ¿En cuánto tiempo piensan recuperar la inversión?

–Viendo el proyecto como un conjunto, es decir el hotel más la cancha de golf, más los bienes raíces creo que en tres a cinco años.

–¿Cuál es el atractivo de instalar un hotel de tanta categoría sobre el Río de la Plata en lugar de hacerlo en la costa atlántica?

–Yo no creo que el Río de la Plata sea feo, y quien tuvo la visión de esto es el señor Cantón, que vino acá y vio una cosa buena. Para mí es un lugar espectacular que compite con cualquier parte del mundo. Hemos visitado muchas partes del mundo y para mí es «el lugar» de Uruguay.

No existe otro así en América Latina. Tal vez se pueda comparar con algunos lugares de Medio Oriente. Esto es un orgullo para Uruguay, para Carmelo… Tener un hotel de esa magnitud y ese nivel, que fue construido por los diseñadores famosos con productos de América Latina, como la madera, el hierro…

–Vuelvo a insistir con la pregunta: ¿por qué acá y no en el este?

–Muy simple. Cuando a Onasis le preguntaron por qué tenía tanto éxito en los negocios señaló un florero y preguntó si lo veían. Bueno, dijo, yo lo vi primero. Hay una visión en ese sentido. Hace 30 años Cancún era un pequeño pueblo de pescadores, alguien compró un terreno, hizo un hotel y hoy hay 25 mil habitaciones. Acá lo más lindo es que no hay nada, es rústico y deseamos que se quede rústico porque hoy en día el turismo ya no quiere tanto Cancún, Jamaica, Miami, sino que quiere ir a lugares donde se encuentre con la naturaleza: el bosque, los pinos, el río, el campo de golf, la tranquilidad.

Si se menciona Carmelo-Uruguay, suena reexótico internacionalmente, como si a nosotros nos dijeran las islas Fidji, por ejemplo.

Casinos

–¿Cómo es el proyecto de instalar allí el casino?

–El casino siempre fue un atractivo adicional, creo que es bueno si se concreta. Acá el casino necesita una inyección de obras para poder competir con los que se abrieron recientemente en Argentina y los otros de Uruguay. Sin embargo, el jugador de casino es un cliente muy especial y diferente a los huéspedes que proyectamos para el hotel.

–¿Que posición tienen respecto al puente Colonia Buenos Aires?

–Nosotros no queremos el puente. Eso rompe todo el entorno de acá, va a traer demasiado negocio, camiones, vehículos con toda la familia, rompe con el entorno. Por ejemplo, ya el aeropuerto de Colonia me parece un horror, porque ya se modernizó, acá hay un entorno natural y rústico que lo hace único.

La filosofía de la cadena es justamente abrir hoteles en lugares desconocidos, por ejemplo en el norte de Africa, en los lagos del sur de Argentina, en las ruinas de Machu Picchu.

Queremos construir, como éste, hoteles e
xclusivos, muy caros pero con una categoría excelente.

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