CONFIANZA

Índice de Confianza del Consumidor se recupera y registra el valor más elevado de del año

El Índice SURA de Confianza del Consumidor presentó en octubre una “nueva leve recuperación”, esta vez de 2,5% respecto a setiembre, y registró en un valor de 48,3. El más elevado de lo que transcurre del año.

Foto: Carlos Loría.
Foto: Carlos Loría.

La Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universidad Católica y Equipos Consultores presentaron el informe de octubre de 2016, sobre la evolución y análisis de los resultados de “Confianza del consumidor en Uruguay y otros indicadores de confianza económica”.

En octubre el Índice presentó una nueva leve recuperación de 2,5% respecto a setiembre, y registró en un valor de 48,3. El más elevado de lo que transcurre del año.

Si bien permanece en zona de “pesimismo”, se acerca así a la “zona neutral”. No obstante, en la medida que la recuperación es impulsada por el “dólar más barato”, el cambio que ya opera en noviembre en la tendencia de esta moneda hacia un mayor fortalecimiento, podría hacer que tal recuperación “no sea sostenible en los próximos meses”, se indica en el informe.

En este marco, las “condiciones actuales” se perciben mejores que hace un año atrás, pero las expectativas a un año empeoran.

Entre los “otros indicadores de confianza económica” las dos mayores variaciones mensuales son los incrementos que se registran en la “preferencia por la moneda nacional para depositar”, debido a la fortaleza del peso en octubre, y en las expectativas de inflación, que son más pesimistas.

La capacidad de ahorro de las familias permanece estable, “en niveles apenas menores a los de 2015, pero que resultan 12,9% inferiores a los de 2014, siendo las familias de menor nivel socio económico las más afectadas”.

La variación positiva del “Índice de Confianza” en octubre “fue impulsada en mayor medida por la recuperación del subíndice de predisposición a la compra de bienes durables, que creció 9,5% respecto a setiembre”.

El consumidor uruguayo en 2016 “se ha ubicado en niveles más pesimistas que en 2015 a la hora de planear sus compras, pero también que ese pesimismo se fue moderando a lo largo del año, en particular desde su mínimo de mayo”.

No obstante, en la medida que en los siguientes meses se estima el dólar se estaría fortaleciendo, proceso que ya comenzó a fines de octubre, cabría esperar dificultades para sostener el ritmo de recuperación observada en la segunda mitad del año.

La estabilidad del subíndice de “Situación económica personal” se debe a que mientras mejora la percepción de los consumidores respecto a su situación económica personal actual en relación a la de un año atrás, empeoran sus expectativas a un año, al igual que las expectativas a un año a nivel país, en línea con el mayor pesimismo a 12 meses en materia de inflación e ingresos de la familia.

Capacidad de ahorro en 2016 estabilizada en niveles inferiores a 2014

En octubre, el índice que capta la percepción de los consumidores acerca de la capacidad de ahorro de las familias muestra una “ligera contracción de 2,4% respecto de setiembre”.

Del mismo modo, si se compara el promedio de los primeros diez meses del año con igual período de 2015, puede apreciarse también un “leve empeoramiento (-2,1%)”.

Sin embargo, este promedio de lo que transcurre de 2016 resulta 12,9% menor que el de igual período de 2014.

En este marco, en la apertura por edades, se destaca el segmento de consumidores entre 40 y 49 años, “donde la capacidad de ahorro cae más fuertemente (-18,1%) que en los demás segmentos etarios”.

También se registra una percepción de relativamente mayor contracción en el segmento de consumidores del interior que de Montevideo (-14,6% vs 10%, respectivamente).

El patrón que surge con mayor es que a menor nivel socio-económico del consumidor, se percibe de manera más pronunciada la caída de su capacidad de ahorro. Las variaciones son de: -21,8%, -10,3% y -3,6%, en los niveles “bajo”, “medio” y “alto”, respectivamente.

Estas respuestas aparecen a su vez correlacionadas con los niveles de años de estudio, donde a menor nivel educativo alcanzado, se percibe sensiblemente más afectado en su capacidad.

La capacidad de ahorro muestra una evolución en línea con el Índice de Confianza del Consumidor, por lo que se percibe una menor capacidad de ahorro desde marzo de 2015, resultando más afectados los consumidores de menor nivel socio-económico y menos años de estudio.

En un marco en que la dinámica del consumo privado se habría moderado más que la del ingreso, habrían más familias que perciben mayor dificultad para ahorrar, lo que implicaría un desafío mayor a la hora de estimular el ahorro y el desarrollo del mercado financiero, en particular en los segmentos socialmente más vulnerables.

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