La Asociación Rural del Uruguay alerta por eventual proceso de reducción de plantas de industria láctea

El conflicto por el cual atraviesa el sector lácteo, tras el cierre de las firmas Ecolat y Schreiber Foods, preocupa al gobierno desde el inicio de la administración.

No obstante, existe optimismo en que los precios internacionales de la leche mejoren y se retome el crecimiento.

Ante la crítica situación de la lechería nacional, la directiva de la Asociación Rural del Uruguay recibió a una delegación encabezada por el presidente de la Sociedad de Criadores Holando del Uruguay, Fabián Hernández, y por el presidente del Instituto Nacional para el Mejoramiento Lechero, Juan Ignacio Mangado.

El presidente de la ARU, Ricardo Reilly, comentó que la reunión fue propicia para analizar e intercambiar ideas sobre la “grave dificultad que atraviesa el sector lechero y sus industrias exportadoras para competir en un mercado internacional con precios en baja”.

Asimismo, se analizaron las múltiples causas que llevaron al cierre de los dos plantas industriales y las consecuencias para los productores remitentes a las mismas, los cuales debieron, “sin capacidad de negociación ninguna, recurrir a la buena voluntad de otras empresas para poder continuar remitiendo leche”.

“En la oportunidad, sin precio y en un año particularmente duro para la producción a raíz de una sequía que está afectando gravemente la gestión del tambo -particularmente en sus costos de alimentación-, se suman  los altos costos que, de por sí, tiene la producción en nuestro país”, dijo Reilly.

Reducción de plantas

También se analizó, con preocupación, “la seria posibilidad de que se esté ante un proceso de reducción en el número de plantas industriales, afectando la competencia entre las industrias lácteas, lo que significaría un retroceso en el proceso de desarrollo de la lechería nacional”.

En ese marco, tanto la ARU como los representantes del sector lechero consideraron oportuna la “reinstauración de ayudas financieras a la producción, mediante fondos específicos como, en su momento, lo fue el Fondo Lechero”.

Sin embargo, también advierten que tales ayudas “son puntuales y que en el largo plazo la viabilidad del rubro depende, por encima de todo, de la capacidad de la producción nacional para competir en los mercados internacionales, en un país que ha visto seriamente afectada su competitividad como consecuencia de los altos costos de producción, con los riesgos que implica para la sociedad en su conjunto a partir del efecto multiplicador del agro-negocio en toda la economía”.

El presidente de ARU hizo énfasis en que la institución asumió el compromiso, junto a sus gremiales socias, de mantenerse “alerta” en la evolución de la crítica situación.