Mujica destaca importancia de la siembra directa en el aumento de la productividad

Mujica se refirió este martes en su audición de Radio Uruguay a la siembra directa de la soja, actividad que comenzó hace más de diez años en Uruguay, en terrenos donde antes era impensable cultivar.

El mandatario reconoció que hace 12 años cuando comenzaron a llegar al país algunos empresarios agrícolas argentinos que practican esta actividad, “fueron muchas las interrogantes”.

“Se pasaba por un campo de malezas y a los pocos días estaban los palos quebrados, todo sembrado, y habían dado una fuerte mano de glifosato y aplicado la siembra directa”, explicó.

Reconoció que ante tal situación “merodearon las dudas y las críticas”. Pero  la soja no dejaba “rastrojos”. Eso de “no arar más, de no dar vuelta la tierra parecía una negación de la vieja agricultura”.

Sin embargo, “de poco fuimos aprendiendo, y en pocos años se masificó sin que nadie diera un curso, copiando y haciendo experiencia”, indicó Mujica.

Remarcó que “los viejos arados quedaron como piezas de museo, y se fue aprendiendo que era posible sembrar no solo los campos tradicionales sino en las cuchillas”.

También se aprendió que “había que rotar con cultivos de mayor porte de vez en cuando, como maíz o sorgo, un grano más bien de consumo interno”.

“Se comprobó que se podía sostener la fertilidad y la estabilidad del campo a partir de usar una agricultura cada vez más intensiva e inteligente”, resaltó Mujica.

A favor y en contra

El mandatario también puso sobre la mesa los elementos a favor y en contra de aplicar la siembra directa.

“Es cierto que los campos por el aumento de la productividad, generaron más valor, que las rentas subieron, y empezó a pasar lo que me dijo un paisano: ‘nos están echando con plata’, porque al hacer ofertas irresistibles hubo gente que dejó de trabajar y prefirió vender su potrero”, reconoció.

Pero agregó que “no menos cierto es que el Uruguay ha dado un salto, a tal punto que el primer artículo de exportación es la soja, que la ganadería perdió más de un millón de las mejores tierras y, sin embargo, vaya paradoja, se mantiene en términos generales en sus cifras tradicionales”.