Gobierno analiza perjuicios económicos por decisión argentina de revocar permisos de amarre en la terminal La Paloma

Las autoridades gubernamentales se reunieron este lunes para analizar la nueva prohibición del gobierno argentino.

Según se informó, desde Uruguay se ha considerado que existe una “intención” del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de “competir” por las mercaderías que llegan desde Paraguay.

En tal sentido, la nueva medida apunta a “limitar” la carga que pueden captar los puertos uruguayos desde Paraguay.

La subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de Argentina remitió a última hora del jueves pasado un comunicado en el cual informó que revocaba el permiso al amarradero de La Paloma para que las barcazas paraguayas, con carga de granos, puedan transbordar mercaderías en el puerto de Nueva Palmira.

Desde el puerto de Nueva Palmira se denunció, días después, que se trata de una “nueva medida tomada por el gobierno argentino que preocupa”, ya que si bien prohíbe el uso de un amarradero para barcazas ubicado en su territorio, de todas maneras “se pone en peligro la operativa de uno de los mayores puertos de carga del país”.

Según se informó, a la terminal fluvial de Nueva Palmira llegan en forma mensual 200 barcazas provenientes de Paraguay, la mitad de las cuales “hacen escala previa en el amarradero de La Paloma”, del lado argentino.

Nueva Palmira mueve 11 millones de toneladas de mercancías al año, un 45 % de las cuales son granos procedentes de Paraguay.

Preocupante

Por su parte, el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz, reconoció este lunes que “es preocupante” la decisión de Argentina de revocar la habilitación de operar en la Isla La Paloma.

“Cualquier cambio de un día para el otro es malo”, señaló Díaz a radio El Espectador.

La decisión de la administración argentina se suma a las impuestas el año pasado al uso de puertos uruguayos.

A finales de 2013 Argentina prohibió el transbordo de mercancías de su país en puertos que no tengan acuerdos de reserva de cargas, como los de Uruguay. Ello generó pérdidas del orden del 40 % en la operativa del puerto de Montevideo.