MACROECONOMÍA

Bergara: “No hay oposición entre políticas de estabilidad y de desarrollo”

El presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, aseguró que “no hay oposición entre políticas de estabilidad y de desarrollo”, y que sólo pueden desplegarse con éxito “políticas productivas y sociales, en marcos de estabilidad económica y financiera”.

Mario Bergara

Bergara participó este jueves 6 del XLº seminario internacional de “Presupuesto Público”, en ese marco el jerarca hizo especial hincapié en el valor de la “estabilidad macroeconómica”.

El jerarca de la autoridad bancocentralista dijo que las cuentas públicas están en el “centro de las definiciones políticas”, porque allí se define a quién se le cobra impuestos, la forma cómo se gasta y cómo se rinden cuentas.

“Todo eso puede hacerse en distintos contextos institucionales y macroeconómicos. Las instituciones son relevantes para fijar las restricciones generales de estas decisiones. Hay cierta institucionalidad que promueve la transparencia y eficiencia y otra, que la dificulta”, manifestó.

Bergara aseguró que en un contexto de “inestabilidad”, hay más excusas para las cosas que se hacen mal. “Este énfasis es válido para el conjunto de decisiones económicas, entre ellas, la planificación y ejecución de gasto público”.

Las fiestas las pagan los más débiles

“No conocemos experiencias de desarrollo sostenido en el terreno económico y social que se hayan dado en un contexto de desorden macroeconómico y financiero. Las fiestas, a la corta, se pagan, y la pagan sobre todo los sectores más débiles”, sentenció el jerarca del BCU.

En tal sentido, recordó que la experiencia uruguaya y latinoamericana es “aleccionadora” en el sentido de que “nunca cayó tanto la producción y aumentó tanto la pobreza como en contextos de descontrol macroeconómico y crisis financieras”.

“Despreciar la estabilidad de precios y financiera es despreciar su impacto en  la producción, el empleo, la pobreza, la igualdad y los valores en una sociedad”, advirtió.

Enfatizó en cuanto al concepto de que “no hay oposición entre políticas de estabilidad y de desarrollo”. Por lo cual aseguró que “sólo pueden desplegarse con expectativas de éxito, políticas productivas y sociales, en marcos de estabilidad económica y financiera. Los costos del descontrol macroeconómico, los pagan los sectores más pobres”.

Dijo que las políticas de estabilidad y sociales deben estar integradas, y aseguró que “si la política económica está dirigida a mitigar el descontrol inflacionario, a reducir la inestabilidad de las crisis bancarias, entonces tiene implícito un rol ético”.

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