Instalan en Londres un «corredor seguro» para abejas

El condado de Brent, en Londres, ubicado a unos 15 kilómetros al noroeste del centro de la ciudad, planea la instalación de un «corredor seguro» para abejas con flores silvestres y árboles que puedan servir de sustento a estos animales, que enfrentan serios peligros debido al cambio climático, la agroindustria y otros factores humanos.

Los corredores de vida silvestre son, por lo general, algo así como «autopistas» naturales creadas por los humanos para que los animales puedan moverse sin que tengan que cruzarse con actividades nuestras.

A menudo son construidas teniendo en cuenta a los animales grandes, pero incluso las criaturas más pequeñas como las abejas pueden prosperar gracias a ellas. Los corredores naturales pueden ayudar a que ecosistemas enteros florezcan a pesar de su proximidad a los humanos.

Los trabajos en los parques municipales de Brent comenzaron con el arado de parcelas a principios de la primavera boreal (o septentrional, del hemisferio norte) y luego continuó con la siembra de semillas de plantas locales como la amapola, el petirrojo europeo o la primula, todo con la esperanza de fomentar la llegada de cada vez más insectos.

«El equipo curó la mezcla de flores silvestres teniendo en cuenta a las abejas y otros insectos, eligiendo las variedades que más atraen a estos polinizadores», dijo la gerente del proyecto, Kelly Eaton, a la BBC.

Un restaurante para abejas

El objetivo de este ambicioso proyecto es tener todos los prados floreciendo en verano boreal, o sea en el plazo de unos 3 a 4 meses. Una ventaja adicional, dicen los representantes del parque, es el estallido de color agregado que brindarán las flores silvestres en flor, que embellecerá la zona.

A nivel mundial, las poblaciones de insectos están en declive: según un estudio publicado en la revista Nature Communications, desde la década de 1980 hasta la fecha, en todo el Reino Unido la cantidad y variedad de insectos ha disminuido a niveles alarmantemente bajos, una realidad que se puede equiparar a la de cientos de países y territorios en todo el mundo. La expansión de la ganadería y la agricultura industriales, el uso de agroquímicos y insecticidas a gran escala y la reducción de los hábitats naturales están entre las principales causas.

Los polinizadores son una parte crítica del ecosistema. Hasta el 75% de las especies de cultivos y hasta el 88% de las especies de plantas con flores del mundo son polinizadas por insectos.