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¿Son suficientes los esfuerzos para salvar a la vaquita marina?

La vaquita vive en el extremo norte del Golfo de California en México y es el mamífero marino más amenazado del mundo: quedan menos de 30 ejemplares.

Una vaquita muerta atrapada en una red de enmalle en el Mar de Cortés, México. Foto: Flip Nicklin / Minden
Una vaquita muerta atrapada en una red de enmalle en el Mar de Cortés, México. Foto: Flip Nicklin / Minden

En las últimas décadas, los pescadores furtivos que persiguen a otra criatura marina en peligro de extinción, la totoaba, un pez cuya vejiga se vende en el mercado negro chino por miles de dólares, ha llevado a la hermosa vaquita marina al borde de la extinción.

Las vaquitas o marsopas terminan atrapadas en redes destinadas a la totoaba y mueren.

La vaquita es una ballena dentada y la más pequeña de todos los cetáceos; una hembra adulta puede medir menos de 1.5 metros y pesar unos 40 kilos. Miles de vaquitas una vez nadaron libremente el Mar de Cortés, también conocido como el Golfo de California, que limita al este con el territorio mexicano y al oeste con la península de Baja California. Hoy en día, sus números se estiman 10 y 22 ejemplares en la naturaleza. Sin una prohibición estricta de poseer incluso redes de enmalle, la especie pronto se extinguirá.

Los cazadores furtivos usan estas redes para atrapar la totoaba, cuya vejiga natatoria se vende por un promedio de US$20.000 en China para medicina tradicional. Una vejiga es un tesoro y una especie de trofeo en sí mismo: el comercio es tan lucrativo que los carteles de la droga se han involucrado en el negocio.

El gobierno mexicano comparte parte de la culpa. Las advertencias de que la vaquita podría desaparecer surgieron hace años cuando todavía había cientos en la naturaleza, pero no tomó medidas efectivas para protegerlas. El antecesor de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, prohibió el uso de redes de enmalle en el hábitat de la marsopa en 2015, pero no su posesión, lo cual tuvo un efecto prácticamente nulo.

Esfuerzos urgentes

La situación de la vaquita es tan grave que Thomas A. Jefferson, un biólogo marino y conservacionista de San Diego, dijo que temía que la extinción fuera su destino más probable. «El conservacionista en mí no quiere admitir eso, pero el biólogo tiene que hacerlo», dijo.

Un intento de captura para cría en cautiverio provocó la muerte de un ejemplar, y otro casi logró ser atrapado pero tuvo que ser liberado ante el riesgo de que también falleciera.

Si el actual gobierno mexicano actúa con rapidez, podrían salvar a esta especie que es uno de los animales nacionales de México junto con el águila real y el jaguar. La presión viene de los Estados Unidos: el año pasado, el Tribunal de Comercio Internacional de los Estados Unidos en Nueva York prohibió temporalmente las importaciones de mariscos de México atrapados en el Mar de Cortés con redes de enmalle porque ponen en riesgo a la vaquita. La orden judicial fue emitida en respuesta a una demanda presentada por ambientalistas quejándose de que la administración Trump no estaba haciendo cumplir una ley de 1972 que protege a los mamíferos marinos de ser asesinados en el proceso de pesca.

Ahora se exige que López Obrador haga lo que su antecesor no hizo, o sea prohibir las redes de enmalle. Esto desaceleraría el asesinato tanto de la totoaba como de la vaquita, y tal vez resolvería la disputa comercial con EE.UU.

 

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