CAZA FURTIVA

En una reserva de Sudáfrica solamente queda un elefante. Antes eran miles

Un relevamiento que se realizó durante más de un año en un parque nacional sudafricano determinó que solamente queda una elefanta. Las imágenes de ella vagando sola por la selva son devastadoras.

Esta es la única elefanta que vive en el parque Knysna, en Sudáfrica. Foto: Lizette Moolman / Parques Nacionales de Sudáfrica
Esta es la única elefanta que vive en el parque Knysna, en Sudáfrica. Foto: Lizette Moolman / Parques Nacionales de Sudáfrica

La manada de elefantes más austral de Sudáfrica prácticamente ha desaparecido. De la otrora gigantesca familia de elefantes del Parque Nacional Knysna, ubicado a 500 kilómetros al oeste de Ciudad del Cabo, solamente queda una hembra adulta que ahora vaga en soledad por la selva.

Para el estudio, los investigadores instalaron cámaras en todo el rango de elefantes desde julio de 2016 hasta octubre de 2017 y concluyeron, tras un análisis, que la elefante hembra, estimada en 45 años de edad, está absolutamente sola.

«Debido a que los elefantes se mueven a lo largo de rutas muy definidas, colocamos nuestras cámaras en estos caminos y cubrimos el área de distribución de manera uniforme, con espacios entre las cámaras para abarcar todo el territorio», dijo Lizette Moolman, autora principal del estudio y funcionaria del sistema de parques nacionales sudafricano.

Todas las cámaras estuvieron activas durante 15 meses, y estas se activaban con el movimiento. Todas las imágenes registradas corresponden a una única elefanta solitaria.

Los investigadores se sorprendieron al encontrar solamente un ejemplar vagando por el parque, porque antes era habitado por miles de estos gigantes gentiles.

Otro gran logro humano

«La brutal realidad es que ya no hay una población de elefantes de Knysna», Graham Kerley, coautor del estudio y funcionario del Centro para la Ecología y la Conservación Africana en la Universidad Nelson Mandela. «Toda la mística del Knysna se reduce a un solo elefante en circunstancias bastante trágicas», agregó.

Su número ha disminuido drásticamente en los últimos tres siglos debido a la caza y la invasión humana que ha obligado a los elefantes a abandonar sus hábitats naturales y los ha comprimido en áreas cada vez más pequeñas. El bosque de Knysna fue anteriormente un sitio de explotación rampante de madera.

Si bien la elefante parece gozar de buena salud, se encontró que sus glándulas temporales -ubicadas en su cabeza- están bastante infamadas y emanando mucho fluido; esto podría ser un signo de que está estresada por estar absolutamente sola.

Los elefantes africanos son criaturas sociales y usualmente vagan en manadas de varias decenas de individuos, generalmente liderados por hembras adultas.

La esperanza de vida para las hembras es de cerca de 65 años, por lo que la solitaria de Knysna podría tener menos de 20 años para reproducirse.

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