Brasil: Misionero evangélico se metió al territorio de una tribu aislada y será juzgado

Un misionero estadounidense ingresó en territorio de una tribu jamás contactada asentada en lo profundo de la Selva Amazónica de Brasil, lo cual los puso en peligro grave de contagiarse de enfermedades y de perder su estatus de aislamiento protegido por ley.

Steve Campbell, misionero oriundo de Maine, Estados Unidos, ingresó de forma ilegal a un área selvática del interior de la Amazonia que pertenece a la tribu Hi-Merimã, uno de los pocos grupos tribales que se mantienen en absoluto aislamiento del mundo occidental y de las sociedades modernas, de acuerdo a Survival International.

Campbell, miembro de la Iglesia Bautista Greene, fue interrogado por funcionarios del FUNAI , el departamento de Asuntos Indígenas del gobierno brasileño, y trascendió que podría ser juzgado por genocidio.

“Este es un caso de violación a los derechos humanos y exposición de riesgo a la muerte para esta población indígena aislada,” dijo un vocero de la FUNAI.

Según el sitio web de la iglesia Greene Baptist, Campbell trabaja como misionero junto a su esposa Robin y a sus dos hijos y viajan por el mundo predicando la Biblia.

 

No aprenden más

Campbell defendió sus acciones al afirmar que estaba enseñando a miembros de una tribu vecina, los Jamamadi, a usar el GPS, y que ingresar al territorio de los indígenas Hi-Merimã era la única manera de llegar al pueblo donde se estaba quedando.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, designó a una predicadora evangélica neopentecostal como ministra de Educación y como encargada de asuntos indígenas, lo cual probablemente aliente a otros atrevidos misioneros a intentar comunicarse con tribus que han permanecido en paz y tranquilidad por siglos.

La noticia de esta intromisión llega solo dos meses después de que otro misionero, John Allen Chau, fue asesinado por miembros de la tribu de los sentineleses, que se ha mantenido por decenas de miles de años en absoluto aislamiento, después de desembarcar en su isla del Océano Índico para convertirlos al cristianismo. Los aborígenes asesinaron al evangelista con flechas y la policía tardó varios días en poder recuperar su cadáver.