LARGA VIDA ÚTIL

Cada vez más europeos quieren reparar sus electrodomésticos y no comprar nuevos

El movimiento por el derecho a reparar los electrodomésticos crece en Europa entre quienes prefieren reducir la cantidad de basura electrónica que liberan.

Varias personas reparan electrodomésticos en el "Repair Cafe", en Reading, Reino Unido. Foto: Wikimedia Commons
Varias personas reparan electrodomésticos en el «Repair Cafe», en Reading, Reino Unido. Foto: Wikimedia Commons

Vivimos en un mundo donde pagamos miles de dólares por costosos electrodomésticos y cientos por aparatos electrónicos y otros dispositivos enchufables, y sin embargo, cuando estas cosas se rompen o dejan de funcionar, no podemos repararlos por distintas razones. Muchas veces, los dispositivos tienen lo que se conoce como obsolescencia programada, o sea que desde el momento en que se fabrica la compañía decide cuánto tiempo funcionará. A menudo el artículo fue diseñado para que nunca se abra sino que se deseche de plano para comprar otro.

En cualquier caso, el problema es que los esfuerzos de reparación mejor intencionados terminan siendo boicoteados a cada paso y esto tiene importantes repercusiones ambientales (por no mencionar las financieras) para un planeta cuyos recursos ya se están agotando a una tasa insostenible.

El apoyo a la legislación del «Derecho a la reparación» está ganando terreno en Europa, donde, en el último mes, los ministros de medio ambiente han votado una serie de propuestas que obligarían a los fabricantes a hacer que sus productos sean más duraderos y fáciles de arreglar. Los nuevos estándares se aplicarían a la iluminación, televisores, pantallas electrónicas y electrodomésticos grandes como lavadoras, refrigeradores y lavaplatos.

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Un primer avance

La votación inicial de la Unión Europea sobre los refrigeradores el 10 de diciembre fue considerada un éxito por parte de los miembros del movimiento iFixit («yo lo reparo»), quienes la describieron como «un comienzo esperanzador» para el movimiento. Se acordó que las piezas de repuesto para refrigeradores deben ser reemplazables utilizando herramientas comúnmente disponibles y sin dañar el producto.

También votaron que las piezas de repuesto estarán disponibles durante al menos 7 años, con piezas como las juntas de las puertas y las bandejas disponibles para los usuarios finales, y los termostatos y sensores de temperatura disponibles solo para los técnicos de reparación profesionales. Los técnicos profesionales también tienen acceso a la información de reparación.

Los fabricantes no están entusiasmados con esto, y dicen que las «reglas propuestas sobre reparabilidad son demasiado estrictas y ahogarán la innovación». Han expresado su preocupación de que las reparaciones incorrectas podrían dañar los electrodomésticos y hacerlos peligrosos y prefieren evitar verlo como una oportuniadd para obtener ganancias secundarias en repuestos y reparaciones.

La BBC publicó una recopilación de estadísticas sobre el desecho de electrodomésticos en Reino Unido y estos son los números:

  • Un estudio mostró que entre 2004 y 2012, la proporción de los electrodomésticos que dejaron de funcionar dentro de los cinco años de vida útil aumentó del 3,5% al ​​8,3%.
  • Un análisis de lavadoras desechadas en un centro de reciclaje mostró que más del 10% tenían menos de cinco años.
  • Otro estudio estima que, debido al CO2 emitido en el proceso de fabricación, una lavadora de larga duración generará, en más de dos décadas, 1.1 toneladas menos de CO2 que un modelo de corta duración.
  • Muchas de las lámparas de mesa o pared que se venden en Europa vienen con bombillas individuales ensambladas que no se pueden reemplazar. Por lo tanto, cuando se rompe la bombilla, toda la lámpara debe ser desechada.

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