ORIGEN ANIMAL

Tus pestañas postizas podrían provenir de la explotación animal

Pestañas largas y estilizadas, el desvelo de muchas personas que, para lograr el efecto, compran unas postizas y se las colocan a modo de tener unos ojos más bellos. Pero ¿quién paga el precio? Podrías estar promoviendo la explotación animal

La crueldad de las pestañas de mink

El mink o visón es un mamífero pequeño originario del norte de América. Sin embargo, hoy está presente en todo el mundo gracias a un uso que muchos consideran de crueldad extrema: torturados y despielados en vida, suelen terminar como pestañas postizas.

Publiée par AJ+ Español sur Mercredi 26 décembre 2018

 

Se ha vuelto tendencia en los últimos años el uso de pestañas de mink (o visón), unos pequeños animales, emparentados con las comadrejas que ahora son criados y explotados para la producción de estos atavíos de moda.

Al igual que los abrigos hechos con su piel, estos pobres e indefensos mamíferos de la familia de los mustélidos son hacinados en jaulas de alambre que les causan severos problemas en sus patas y articulaciones, eso sin contar con que el espacio apenas es unos centímetros más grande que su cuerpo.

El encierro absoluto les provoca problemas psiquiátricos y terminan por volverse dementes, antes de morir de formas muy crueles a manos de sus captores.

Foto: The Animal Day / Flickr
Foto: The Animal Day / Flickr

¿Libres de crueldad? Difícilmente…

Algunas empresas dan excusas ciertamente difíciles de creer cuando se les pregunta por el trato ético a los animales de los cuales provienen los pelos para las pestañas.

En un reportaje de la ambientalista Mandy Carter, organizadora principal de la ONG neozelandesa safe.org para el portal The Dodo, ella asegura que nunca ha recibido respuestas claras cuando ha hecho cuestionamientos a fabricantes de pestañas de visón.

«La vida en una granja de pieles es nada menos que horrible. Además de mantenerse en pequeñas jaulas con fondo de alambre, el visón no tiene acceso al agua para bañarse a pesar de ser animales semi-acuáticos. Tampoco son capaces de deambular aunque en la naturaleza, viajaban varios kilómetros todos los días», asegura Carter.

«Debido a que los visones no son animales domesticados, naturalmente les temen a los humanos, y las sucias y hacinadas jaulas van en contra de todos sus instintos naturales», critica la experta.

Asegura haber hablado con fabricantes y proveedores de pelo de visón para pestañas y suelen negarse a dar respuestas sobre cómo se atreven a afirmar que sus producto son «libres de crueldad animal».

No se sabe en qué país se encuentran las granjas de visones, que pasan con los animales después de que se les extraen los pelos, y menos cuáles son los tratos o mecanismos usados para darles muerte una vez que ya no les son útiles.

La mayoría de las compañías de pestañas y los salones de belleza en todo el mundo que venden productos de este tipo y aseguran que son “cruelty free” (hechas sin crueldad) pero no tiene el sello de cruelty free  y no son aprobados por PETA.

 

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