A LA FUERZA

El cambio climático hace los suelos más salinos y obliga a agricultores a buscar nuevos trabajos

La sal es esencial para cocinar, pero demasiada sal es mala, tanto que incluso un suelo excesivamente salino puede arruinar cultivos e inutilizar campos.

Foto: Pixabay
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Según la leyenda, el general romano Scipio Aemilianus Africanus sembró sal en los suelos de Cartago después de conquistar la ciudad durante las Guerras Púnicas. Y después de derrotar a la ciudad italiana de Palestrina en 1298, el Papa Bonifacio VIII aró sus tierras con sal «para que nada, ni hombre ni animal sean llamados por ese nombre«.

Hoy en día sería muy costoso y logísticamente difícil reunir suficiente sal para hacer estériles grandes franjas de tierra. Pero eso es precisamente lo que el cambio climático está haciendo en muchas partes del mundo.

A medida que aumenta el nivel del mar, las áreas costeras bajas se inundan cada vez más con agua salada, contaminando gradualmente el suelo. Estas sales pueden ser disipadas por la lluvia, pero el cambio climático también está aumentando la frecuencia y la severidad de los eventos climáticos extremos , incluidas las sequías y las olas de calor. Esto lleva a un uso más intensivo del agua subterránea para beber y para el riego, lo que agota aún más el nivel freático y permite que incluso más sal se filtre hacia el suelo.

Ese proceso ya se documentó por ejemplo en Bangladesh, aunque sus impactos podrían aparecer en distintos continentes. Nuevos hallazgos muestran que el aumento de la salinidad del suelo ya está influyendo en la producción agrícola y la migración interna en algunos lugares, y podría afectar a muchas otras áreas costeras donde se realizan actividades agrícolas, desde Asia hasta las costas del Pacífico y el Golfo de EE.UU.

Cultivo en terrenos salinos

La agricultura siempre ha sido una industria desafiante con márgenes de ganancia muy bajos, incluso para los granjeros a gran escala. Se estima que la contaminación por sal, que lleva a un crecimiento atrofiado y desigual de las plantas, ya afecta al 20% de las tierras cultivadas en todo el mundo.

Los hielos de los polos se están derritiendo y deslizandose sus aguas hacia los océanos; esto provoca el aumento del nivel del mar y podría elevar el nivel global hasta en medio metro para 2100, según algunas predicciones. Esto hace que las aguas costeras se metan cada vez más tierra adentro llevando sal hasta terrenos otrora cultivables.

El cambio climático también causa estrés por calor, que agotará los recursos de agua subterránea y aumentará la contaminación salina de los suelos en el interior. Este proceso ya está afectando partes de Australia, África subsahariana y California .

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