Oimiakón: El pueblo ruso donde el termómetro llegó a -62°C

Bienvenidos a Oimiakón, un pueblo donde se espera que los estudiantes asistan a clase cuando hace frío, mucho frío. Las lecciones en los centros educativos se suspenden a menos que las temperaturas alcancen los -52°C.

Se considera que la remota aldea siberiana es el asentamiento habitado permanentemente más frío del mundo, y los termómetros ya están marcando -62°C, que hace que nuestras quejas diarias sobre el clima suenen bastante ridículas.

Amos Chapple, fotógrafo del portal científico thescinewsreporter.com escribió en una de sus crónicas de viaje visitando Oimiakón: «Estaba usando pantalones delgados cuando salí por primera vez al exterior, hacía -47°C (…) Recuerdo que sentí que el frío me estaba afectando físicamente las piernas, y que ocasionalmente mi saliva se congelaba en agujas que me pinchaban los labios».

El frío este año está llegando a nuevos niveles, hasta el punto de que las pestañas de las personas se convierten en una suerte de estalactitas que envuelven los ojos.

La estación meteorológica oficial de la ciudad registró -59°C, pero el un termómetro electrónico ubicado en el centro de la ciudad marcó -62°C. De hecho, incluso dejó de funcionar después de alcanzar la marca, básicamente porque su sistema ni siquiera está diseñado para interpretar esa temperatura. Algunos de los 500 habitantes locales van más allá de eso, afirmando que las temperaturas incluso han superado los -68°C.