DE MAL EN PEOR

El cambio climático dificulta cada vez más el monitoreo de los océanos

Aunque el calentamiento global se nota en muchos sentidos, el entendimiento de este (hasta donde sabemos) está reservado solo para los humanos. Algunos indicadores de la afectación que este tiene en la vida animal podrían ser cada vez más difíciles de detectar a como el planeta se va calentando a causa de nuestra actividad.

Foto: Pixabay
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Mientras que los animales y las plantas marinas, cuyas vidas se ven directamente impactados por desastres -como derrames de petróleo, por ejemplo- se identifican fácilmente como estresados ​​o físicamente afectados, a veces eso no es lo peor para los ecosistemas. Incidentes menores y cotidianos pueden tener consecuencias peores que solo con el paso del tiempo se notan.

En el momento en que esto se vuelve obvia una afectación, a menudo es demasiado tarde para hacer algo para salvar a una población en particular, cuyo declive puede tener efectos secundarios en el entorno, incluso con consecuencias socioeconómicas. Por lo tanto, no solo existe la responsabilidad moral de cuidar el medioambiente, sino también un fuerte incentivo financiero, ya que muchos trabajos y medios de subsistencia dependen de un medio ambiente sano y de sus ecosistemas.

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Biomarcadores como herramienta de medición

Los biomarcadores de exposición proporcionan una herramienta para identificar eventos de contaminación desde el principio, a menudo a niveles que no son detectables por métodos convencionales. Estos son elementos que proporcionan evidencia de la exposición de alguna población o especie en particular a condiciones contaminantes.

Los biomarcadores conducen a establecer la causa de una contaminación y a proporcionar los datos necesarios para informar cualquier decisión de política y ambiental que se deba tomar.

Algunos biomarcadores pueden ser daños en el ADN, alteraciones en la actividad de las enzimas incolucradas en el metabolismo, daño estructural a las células (y su posterior capacidad para desempeñarse adecuadamente), así como también trastornos patológicos, reproductivos o de comportamiento.

Los últimos informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) muestran que los 75 metros que están inmediatamente debajo de la superficie de los océanos del mundo se han estado calentando a una tasa de 0,11 ° C por década desde al menos 1971, y la absorción de CO2 causada por la contaminación humana ha afectado negativamente el pH (nivel de acidez) en -0.0014 a -0.0024 por año, y se prevé que continúe.

Estas modificaciones están interviniendo a su vez en el comportamiento de los biomarcadores y pueden llegar a complicar las labores de monitoreo y estudio de las consecuencias del cambio climático.

La evidencia del cambio climático provocada por la contaminación causada por los seres humanos es abrumadora y está claro que está afectando el medio ambiente marino. Como resultado, algunas especies de biomarcadores de uso común y puntos finales pueden necesitar ser reevaluados y adaptados para este entorno cambiante si se van a utilizar en el futuro como sistemas de alerta temprana para la contaminación.

 

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