EMPATÍA

¿Quieres dejar de comer carne? Piensa en animales bebés recomiendan los científicos

Aquellas personas que aman la carne pero que tienen encuentros con animales bebés y desarrollan una empatía después tienden a reducir cantidad de carne y sus derivados que consumen.

Muchos estudios científicos muestran que los hombres tienden a disfrutar la carne más que las mujeres y la consumen en mayores cantidades. Por ejemplo, un estudio de Faunalytics de 2014 descubrió que las mujeres superaban en número a los hombres entre los vegetarianos y veganos actuales (74%) en los EE.UU.

Las mujeres son más propensas que los hombres a rechazar la carne por razones relacionadas con su apariencia, sabor, salud, por control de su de peso, preocupaciones ambientales y bienestar animal. Los hombres, por el contrario, se identifican mucho con la carne, tal vez debido a las asociaciones históricas entre la carne y la masculinidad.

Las mujeres que consumen carne a menudo usan estrategias algo diferentes a las de los hombres para evitar la culpa por comer animales. El psicólogo Hank Rothgerber ha demostrado, por ejemplo, que los hombres, como grupo, tienden a respaldar las creencias de dominación humana por encima de las otras especies y las justificaciones pro carne para la matanza de animales de granja.

Es decir, es más probable que los hombres que estén de acuerdo con afirmaciones como «los humanos están en la cima de la cadena alimenticia y tienen la necesidad de comer animales», o «la carne sabe demasiado bien como para preocuparse por lo que dicen los críticos».

Pensar en animales bebés

En un estudio basado en una escala del 1 al 9, donde 9 significaba «totalmente de acuerdo» y 1 «totalmente en desacuerdo» con el consumo de carne de forma libre, los hombres promediaron casi 6 en comparación el 4.5 de las mujeres. Estas creencias a favor de la carne ayudan a neutralizar cualquier noción de que comer carne es una práctica problemática.

Las simpatías de las mujeres hacia los animales se muestran claramente cuando se comparan las respuestas de los hombres y las mujeres con los animales bebés.

Las crías de las distintas especies que comemos, al igual que los bebés humanos, son particularmente vulnerables y dependen del cuidado de sus padres para sobrevivir. También muestran características estereotípicamente «lindas»: cabeza grande, cara redonda, ojos grandes y mejillas regordetas, que asociamos con bebés humanos, lo que el etólogo Konrad Lorenz denominó «kindchenschema» o «esquema de bebé».

La investigación muestra que tanto hombres como mujeres pueden detectar rasgos lindos en las caras de los bebés . Pero las mujeres, especialmente las que tienen alta propensión a la maternidad, encuentran que las imágenes de bebés lindos son particularmente emocionantes.

En tres distintos estudios se presentaron a 781 hombres y mujeres -divididos en dos grupos- imágenes de bebés tanto de humanos como de vacas, canguros, cerdos, corderos y otros. A otro grupo se les mostró junto con las fotos tiernas algunas fotos de un trozo de carne cruda de ternera y un plato preparado con ella.

Después se les preguntó cómo calificarían los platillos entre 0 (nada apetitoso) y 100 (extremadamente peligroso) después de mirar las fotografías; el primer grupo se mostró 14% más propenso a calificar el plato cerca del cero, en relación al segundo grupo.

Las mujeres fueron más propensas a pensar en dejar de consumir carne debido a que sintieron más empatía con los animales bebés, mientras que los hombres demostraron ser menos empáticos al respecto.

De hecho, los estrategas vegetarianos y los grupos defensores de los animales identificaron este efecto de ternura del bebé hace mucho tiempo. La próxima vez que recojas un folleto de un grupo de bienestar animal como Igualdad Animal o PETA, presta atención a las imágenes de animales que ves. Es muy probable que la mayoría de ellos sean animales bebés.

 

 

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