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Islandia reinicia caza de ballenas aunque es ilegal y sin sentido

En 2006 se aprobó una moratoria internacional para salvar a la ballena de aleta de la extinción, pero Japón e Islandia decidieron que no se iban a adherir. Ambos países siguen cazándolas de forma indiscriminada.

Ballena de Aleta (Balaenoptera physalus). Foto: World Wildlife Fund WWF
Ballena de Aleta (Balaenoptera physalus). Foto: World Wildlife Fund WWF

La compañía islandesa Hvalur reanudó este mes la caza y la matanza de ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) que se encuentra en peligro de extinción. Desde el año 2006 rige una moratoria internacional para salvar a esta especie, pero Japón e Islandia decidieron que esta no aplica sobre ellos.

La primera caza de la temporada fue precisamente una ballena de aleta de 20 metros que fue cazada brutalmente usando arpones de granada. El arpón tiene un explosivo que se detona cuando la punta está a 50 centímetros del indefenso animal. Las rorcuales también están en la mira de los cazadores; son el segundo animal más grande del mundo, y se espera que 238 de estas sean asesinadas durante esta temporada.

«Las ballenas de aleta son una especie migratoria, están en peligro y están protegidas por una serie de tratados internacionales», dijo Susan Millward, directora de Programas Marinos para el Instituto de Bienestar Animal (AWI), en un comunicado de prensa.

«Las ballenas atacadas cruelmente por arpones con granadas disparados por islandeses podrían ser los mismos animales vistos por los turistas en lugares como Irlanda y las Azores. Esta matanza amenaza los medios de subsistencia de las personas a miles de kilómetros de distancia», agregó Millward.

Islandia blanco de la crítica mundial

El pequeño país, que recientemente se ha vuelvo famoso después de su participación en la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018, y que cuenta con unos de los indicadores sociales más saludables del mundo, es sin duda alguna uno de los más criticados en cuanto a su política débil de protección de las ballenas. La caza de estos mamíferos ha perdido gran apoyo entre los mismos islandeses, pero el gobierno no ha tomado ninguna medida para prohibir la práctica.

La última encuesta realizada en el país muestra que apenas el 34% de la población islandesa apoya la caza de ballenas, 34% está en contra, y el resto no está ni a favor ni en contra.

Los islandeses en realidad no comen carne de ballena ni consumen ninguno de sus derivados, por lo que lo que es cazado por Hvalur se exporta a Japón para ser vendido como alimento y como suplemento «médico». La exportación contraviene la prohibición del comercio internacional de carne de ballena interpuesta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

 

 

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