UN LUJO

El alto costo ambiental de comer carne

Producir carne y mariscos es un gran negocio, pero el impacto sobre el medioambiente varía dependiendo del tipo. A medida que los consumidores se centran más en hacer elecciones sostenibles de alimentos, es importante saber más sobre el impacto de cada proteína animal.

Foto: Pixabay
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Un reciente estudio evaluó cuál es el impacto ambiental de cada una de las carnes que se producen de forma industrial, a fin de dar información a los consumidores para que hagan elecciones más conscientes a la hora de consumirlos.

Para dicho estudio, publicado en la revista Frontiers in Ecology and the Environment, los investigadores recogieron más de 300 documentos publicados del ciclo de vida para diferentes procesos de producción de proteína animal. Estos documentos fueron evaluaciones de «cuna a tumba» que consideraron los impactos ambientales de todas las etapas de la vida de un animal que ha sido criado para producir carne. De estos, los coautores seleccionaron 148 informes que fueron lo suficientemente exhaustivos pero no demasiado especializados.

«Desde el punto de vista del consumidor, la elección importa», dijo en un comunicado Ray Hillburn, autor principal y profesor de la Universidad de Washington en la Facultad de Ciencias Acuáticas y Pesqueras. «Si eres ecologista, lo que comes hace la diferencia. Descubrimos que hay buenas opciones obvias y opciones realmente obvias», agregó.

Los investigadores usaron cuatro parámetros para comparar los impactos en diferentes tipos de producción de alimentos, incluidos el ganado, los mariscos y pescados cultivados en estanques y mariscos capturados en ambientes naturales. Evaluaron el uso de energía de cada producto, las emisiones de gases de efecto invernadero, el potencial de aportar nutrientes en exceso (como fertilizantes) al medio ambiente y la posibilidad de emitir sustancias que contribuyen a la lluvia ácida.

Comer plantas es más ecológico

Para poder cuantificar mejor las diferencias entre los diferentes tipos de proteínas, Hilborn y sus investigadores compararon los impactos ambientales de estas al usar 40 gramos de cada proteína que se evalúa. Ese es más o menos el peso de una hamburguesa promedio.

Los mariscos cultivados en granja, como el bagre y la tilapia, usaron más energía que la producción ganadera debido a los requisitos de circulación de agua. Sin embargo, dado que el ganado produce una gran cantidad de metano en el estiércol, no tuvo un buen desempeño en la categoría de contribución a la lluvia ácida. De manera similar, la carne de res, junto con el bagre de cultivo, produjo 20 veces más gases de efecto invernadero que los moluscos cultivados, las pesquerías de captura pequeñas, el salmón cultivado y el pollo.

Los investigadores también compararon sus hallazgos con los de un trabajo similar realizado con respecto a los impactos de la dieta vegetariana y vegana. Descubrieron que «una dieta selectiva» de peces cultivados y capturados en el medio silvestre tenía un impacto ambiental semejante a las dietas basadas en plantas.

En contraposición, comer carnes rojas y blancas como pollo y cerdo tiene un alto impacto al medio ambiente.

 

 

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