La palta está dejando pueblos chilenos sin agua

Petorca es la provincia productora de paltas más grande de Chile. Para satisfacer la demanda mundial de esta delicatessen, las plantaciones de Petorca están instalando tuberías ilegales y desviando el agua de los ríos para regar sus cultivos. El agua desviada está dejando a los pueblos de la región en condiciones de sequía, denuncian residentes y organizaciones ambientalistas.

Se necesita mucha agua para producir este delicioso fruto que le agregamos a las ensaladas y que es el ingrediente principal del guacamole. En promedio, se necesitan 2.000 litros de agua (528 galones) para producir un kilo de paltas, siempre y cuando sea cultivado en la franja tropical, de donde es oriundo el árbol. En Petorca, la cantidad necesaria es aún mayor porque es una región muy seca y con condiciones desérticas y frías.

Si se pone en perspectiva, comprar una palta chilena y tirarla es más o menos como abrir la ducha y dejar correr el agua unos 130 galones, algo así como una hora.

Los habitantes locales sin agua

Para surtir las más exquisitas mesas de todo el mundo, los habitantes locales de Petorca están siendo privados del preciado líquido potable, y están siendo forzados a utilizar agua contaminada de pozos hechos de forma artesanal.

Según publica el portal Mother Nature Network, cada persona obtiene unos 50 litros de esta agua contaminada por día, lo que no es suficiente para sus quehaceres y necesidades diarias.

La palta no parece ser un producto amigable con el medio ambiente, ya que reportes de situaciones semejantes se han dado en México, el principal exportador latinoamericano de paltas, además de que se ha denunciado que los productores son constantemente amenazados y hostigados por bandas narcotraficantes.